La planta de Onagawa sufrió varias filtraciones de agua radiactiva procedente de sus tres reactores

El último seísmo lleva la alerta a otra central nuclear japonesa

Una mujer descansa en un centro de evacuación, en la ciudad de Ishinomaki. (Foto: DAI KUROKAWA)
Casi un millón de hogares japoneses seguían ayer sin electricidad y una central nuclear sufrió una filtración de agua radiactiva tras la potente réplica de 7,1 grados que anoche causó tres muertos y azotó las zonas devastadas por el tsunami del 11 de marzo. Media hora antes de la media noche de ayer el noreste japonés se estremeció con la réplica que más fuerte se ha sentido desde el terremoto de 9 grados, que arrasó las costas de Miyagi, Iwate y Fukushima hace cuatro semanas.
El seísmo, que fue revisado a la baja ayer -en vez de los 7,4 grados Richter-, provocó la muerte de tres personas mayores, dos de ellas a causa de un infarto, y 132 heridos de diversa consideración, según los datos de la policía. La mayoría de los heridos se encuentran en la provincia de Miyagi (93), Iwate (11) y Fukushima (9), las que cuentan con el mayor número fallecidos por el tsunami del 11 de marzo y que además acogen a decenas de miles de personas en refugios temporales, donde se vivieron momentos de nerviosismo.

El temblor del jueves causó además un gran apagón en seis provincias del noreste japonés, ya que tres plantas térmicas tuvieron que cesar su actividad, un contratiempo que se suma a los cortes de agua y gas para una población que lleva cuatro semanas de penurias y réplicas. En la tarde más de 788.000 millones de hogares y oficinas seguían sin suministro eléctrico, después de que inicialmente cuatro millones de edificios se quedaran a oscuras, informó la eléctrica Tohoku Electric Power.


ALERTA DE TSUNAMI

Varias líneas de ferrocarril y de alta velocidad (Shinkansen) permanecían cortadas o no operaban con normalidad desde primeras horas del día. El temblor, cuyo epicentro se situó frente a las costas de Miyagi y provocó una leve alerta de tsunami, alcanzó en la cercanías de la ciudad de Sendai los 6 grados en la escala japonesa de 7, por lo que hizo temer en daños mayores a los que finalmente se han producido.

La mayor preocupación la ocasionó la central nuclear de Onagawa, cercana al epicentro del terremoto, que sufrió varias filtraciones de agua en sus tres reactores, el primero de los cuales fue puesto en servicio en 1984. Según indicó ayer Tohoku Electric Power, operadora de la planta, pequeñas cantidades de agua se derramaron o filtraron desde ocho puntos de la central, mientras los sistemas de refrigeración quedaron suspendidos durante algo más de una hora, aunque los consiguieron reactivar.

En la piscina de combustible usado del reactor 1, el más viejo de los tres, se derramaron 3,8 litros de agua radiactiva con una concentración de 5.410 becquerel por kilogramo. Pese a todo, las labores de refrigeración en Onagawa, que no genera electricidad desde el terremoto del 11 de marzo, se reanudaron al conseguir poner en marcha una de sus tres líneas de electricidad externa.

La situación en las centrales de Higashidori y Rokkasho (Aomori, norte) se estabilizó al poder reiniciar ayer el suministro externo de electricidad, después de tener que recurrir durante un tiempo a generadores diesel de emergencia. Esta vez, los operarios consiguieron restablecer la electricidad en las plantas afectadas por este último terremoto, algo que no ocurrió en la central de Fukushima.

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