Al llegar a Bóveda, en el Concello de Amoeiro, el peregrino a Santiago que utiliza la Vía de la Plata se encuentra con un cruce en el que se pregunta por dónde tiene que ir a Compostela. Aquí, un cartel, además de prevenirle que se encuentra en una intersección que puede resultar peligrosa, le señala el camino a seguir. Y aquí es dónde vienen las dudas, porque el susodicho cartel está caído en el suelo y el forastero se ve obligado a preguntar si no quiere tomar el camino equivocado. Puede que no sea de su incumbencia, pero al Concello tampoco le debería costar mucho colocar de nuevo el cartel.