Un parque solo diurno

Este es el parque Angelita Paradela, en la calle José Antonio Nieves Conde, a las ocho y media de la tarde, una hora perfecta para que los niños puedan jugar un ratito a última hora del día, pero, debido a la ausencia de iluminación, no pueden hacerlo. Aun sin mucho columpio para poder columpiarse, lo peor de todo es que se construyan parques públicos para que los niños no puedan disfrutarlos, por no hablar de la falta de mantenimiento en muchas de las zonas de juego. Una vergüenza.

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