La Corporación de Carballiño aprobó por unanimidad instar al claustro y consejo escolar del Instituto Nº 1 de Carballiño a poner el nombre de María Teresa Miras Portugal a este centro educativo. Todos los grupos estuvieron de acuerdo por lo que será trasladada la petición para que sea la comunidad educativa la que finalmente decida dar el nombre al instituto de la científica carballiñesa, catedrática emérita de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, y presidenta de honor de la Real Academia Nacional de Farmacia, entre sus numerosos méritos, fallecida el pasado mes de mayo.
La oposición se abstuvo en otra de las propuestas del gobierno socialista, que aprobó en solitario el nuevo escudo para Carballiño que ya cuenta con el informe favorable de la Comisión de Heráldica de la Xunta de Galicia.
Otro asunto que defendió la concejala del BNG, Sofía García, tiene que ver con la ampliación de horarios en el uso de las instalaciones deportivas municipales, incidiendo fundamentalmente en su funcionamiento durante los días no laborales. El portavoz del grupo de gobierno, Diego Fernández, informaba que el Concello está elaborando al repecto un nuevo reglamento.
También obtenía el visto bueno de toda la Corporación la propuesta de Espazo Común para solicitar a la Diputación una ampliación del horario de recogida de residuos voluminosos y también de un punto limpio móvil. El objetivo está en evitar la acumulación de enseres al lado de los contenedores y la formación de vertederos incontrolados en los espacios públicos y montes.
Asimismo, hubo acuerdo unánime en solicitar a la Xunta de Galicia una segunda guardería pública, según planteó el grupo Espazo Común. Queda pendiente por decidir ahora el lugar de ubicación para esta nueva Galiña Azul después de que fuera rechazada hace años su habilitación en el edificio del centro educativo Campo da Feira por los responsables del Colegio Público Calvo Sotelo. De nuevo se pusieron sobre la mesa varias posibilidades, entre ellas el edificio de A Uceira o el de Calvo Sotelo, en donde funciona la primera Galiña Azul.
