Augas de Galicia se comprometió con los vecinos a valorar una segunda red para su ampliación
Los vecinos de Punxín no se mostraron totalmente satisfechos con los resultados de la reunión que mantuvieron ayer con el director de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, y con el delegado territorial de la Xunta, Rogelio Martínez, para abordar el proyecto del nuevo bombeo de agua desde el río Miño y, también, para hablar de la reducción del coste de la tasa en este municipio, que días atrás motivó el encierro de los vecinos en la casa consistorial.
La comisión vecinal del agua había presentado una alegación al proyecto del Miño, porque el suministro abarcará tan sólo el 30% de la población (Barbantes, Ourantes, Vilar y Rubiás), mientras los vecinos reclaman que se amplíe a todo el municipio. No obstante Francisco Menéndez dejó claro que una modificación del proyecto retrasaría en gran medida su ejecución, por cuyo motivo se comprometió a hacer una valoración del coste con vistas la dotación de una segunda red secundaria en el futuro. Los vecinos, por su parte, se comprometieron a mantener una reunión con los comuneros de Ourantes para que pongan a disposición los terrenos con vistas a iniciar las obras a ser posible este año.
El portavoz de los vecinos, Joaquín Moldes, responsabiliza al alcalde de Punxín, Manuel Vázquez, de retrasar la obra, debido a que el Concello había puesto a disposición los terrenos, pero sin el consentimiento de la totalidad de los comuneros, por cuyo motivo para el próximo sábado Moldes anunció un encuentro con los propietarios, "porque ninguén quere que se retrase a execución". En cuanto a la reducción de la tasa en Punxín, Moldes aseguraba que "as administracións non queren que se sente un precedente de que os veciños consigan que a auga sexa máis barata". Menéndez les comunicaba que la Xunta estudiará la documentación y asesorará al Concello para una revisión de las tarifas, en caso de que proceda.
