Budistas de varias países inauguraron ayer su nuevo centro monástico, que surge tras la recuperación de una aldea en San Amaro. El lama proyecta convertir este lugar en referente internacional para el estudio d

Días para aprender budismo

Gueshe Tenzing Tamding durante el debate que se desarrolló ayer en Ventoselo. (Foto: MARTIÑO PINAL)
El lama Gueshe Tenzing Tanding dice que tiene 'un gran sueño' y que su intención es hacerlo realidad en la aldea de Ventoselo (San Amaro).
Arropado ayer por 70 discípulos procedentes de países como la India, China, Ecuador, Bulgaria, Estados Unidos y España, anunciaba con una amplia sonrisa la creación inminente de un monasterio de monjes y monjas budistas, que viajarán desde la India para ocupar la casa rehabilitada en Ventoselo tan pronto concluya la tramitación de los visados. Su sueño va más allá porque dispondrá de una residencia para laicos y 'será una universidad budista con una gran biblioteca de obras religiosas, será un referente internacional para el estudio y la investigación', manifestaba Gueshe Tenzing Tamding.

Coincidiendo con la Semana Santa y el periodo vacacional se iniciaba ayer un curso de enseñanza y debate en torno al budismo que servía para inaugurar las instalaciones monásticas. La rehabilitación de una casa, respetando al máximo la arquitectura tradicional del entorno, y el acondicionamiento de los accesos, se ponía en marcha en el 2011, aunque el lama reconocía que todavía 'queda mucho por hacer'. Desde ahí pretende expandir la filosofía de Buda, captar más seguidores, y lo hace precisamente en una provincia en la que 'hay muy pocos budistas, pero mi discípulo Tito Barreiro, del centro de Vigo, me dijo, ¿y por qué no en Galicia? y me mostró este lugar, tranquilo, lejos de ruidos y coches, y me gustó', indicó. El lama también recordaba que su tío creó cuatro centros en España y que desde el 2002 han ido creciendo hasta los 12 actuales.

El curso forma parte de un programa de enseñanza que tiene una duración de 10 años, con dos encuentros anuales, que organiza la Fundación Chu Sup Tsang. Yolanda Bordón pertenece a la fundación, reside en Valencia, y se convirtió al budismo en 1994. 'Aquí se desarrollan sesiones de enseñanza del lama, meditación, oración y mucho debate, siguiendo una metodología particular, porque son bastante ortodoxos', señala. Para esta valenciana, 'es un método de estudio de uno mismo para descubrir la parte espiritual que desconocía, aunque cuando regresas a la realidad, vuelves a la rutina, así hasta que en otra vida, y tienen que pasar varias, alcances la iluminación definitiva'. Tras el debate, la cocinera tibetana Lhadok les obsequiaba con una de sus especialidades: lentejas con arroz y patatas con ajo y pimiento.

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