El Concello de Carballiño se arriesga a perder la antigua fábrica de papel y la Pena dos Namorados si la Xunta no aporta el millón de euros necesario para que ambas propiedades sean públicas, tal y como se consideraban hasta que el administrador del proceso concursal contra la constructora Otero Cerdeira decidiera en 2012 que eran susceptibles de embargo.
El proceso contra la empresa se encuentra en fase de liquidación de sus bienes, según se recoge en el Boletín Oficial del Estado, incluidos el edificio de la antigua fábrica y el paraje natural, para que se presenten los acreedores y poder cobrar sus deudas en función de las preferencias que establezca el juzgado.
En el concurso abreviado figuran como acreedores, además del Concello de Carballiño, varias entidades financieras, la Agencia Tributaria y seis vecinos, que compraron a la constructora Otero viviendas, que más tarde hipotecaría la empresa, pese a que ya las había vendido. El alcalde de Carballiño, Argimiro Marnotes, declaraba ayer que sigue negociando con la Xunta la adquisición de ambas propiedades. En el caso de la antigua fábrica, había sido adquirida por el Concello mediante un documento privado por 96.000 euros, posteriormente la Xunta invertía en su rehabilitación en torno a un millón de euros. En el caso de la Pena dos Namorados, la familia Otero había cedido el paraje al Concello a cambio del desarrollo de un plan sectorial urbanístico en el entorno de A Lavandeira. En ambos casos no se registró la transacción y, por ese motivo, el administrador del proceso los considera ahora patrimonio de los Otero.
En el concurso abreviado figuran como acreedores, además del Concello de Carballiño, varias entidades financieras, la Agencia Tributaria y seis vecinos, que compraron a la constructora Otero viviendas, que más tarde hipotecaría la empresa, pese a que ya las había vendido. El alcalde de Carballiño, Argimiro Marnotes, declaraba ayer que sigue negociando con la Xunta la adquisición de ambas propiedades. En el caso de la antigua fábrica, había sido adquirida por el Concello mediante un documento privado por 96.000 euros, posteriormente la Xunta invertía en su rehabilitación en torno a un millón de euros. En el caso de la Pena dos Namorados, la familia Otero había cedido el paraje al Concello a cambio del desarrollo de un plan sectorial urbanístico en el entorno de A Lavandeira. En ambos casos no se registró la transacción y, por ese motivo, el administrador del proceso los considera ahora patrimonio de los Otero.
