La instalación de filtros de ósmosis en un pozo sellado hace años por la existencia de arsénico en la parroquia de Macendo solucionará el problema, fundamentalmente a los vecinos de la localidad de Meizo, que sufren cada año la sequía por carencia de agua potable, lo que obliga al Concello de Castrelo de Miño a surtir a la población con cisternas durante los veranos.
Una subvención de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade por importe de 48.000 euros permite al Concello realizar esta instalación, después de conectar esta misma localidad con el depósito de Vilela, en cuya zona se dispone de abundante agua. El alcalde, Avelino Pazos, afirma que con estas intervenciones Meizo no volverá a tener carencias, ya que además de recibir el suministro desde Vilela también se dispondrá como refuerzo del pozo que no se utilizaba debido a la contaminación de arsénico.
Al mismo tiempo que el Concello ejecuta estas obras, la Xunta de Galicia también sacará en próximas fechas la licitación para la redacción del proyecto del nuevo bombeo desde el río Miño. Tras la realización de un estudio previo sobre las opciones de captación, la Administración autonómica se ha decantado por acometer el proyecto que ronda los 2,5 millones de euros en tres fases.
La primera de las fases solucionará el problema de arsénico que tienen las poblaciones que se surten con el depósito de Coto de Novelle, que obligó a colocar filtros provisionales para poder consumir el agua. En esta intervención el bombeo se hará desde el Miño al depósito de Santo Estevo, para surtir a todos los núcleos afectados. La segunda fase ampliará el suministro a la parte baja del municipio y la tercera hasta Macendo.
