Las localidades de Laias, Barbantes y Razamonde, en el Concello de Cenlle, ya disponen de una nueva captación de agua potable en el río Miño.
La Xunta acometió en una situación de emergencia la primera fase de un proyecto en el que se preveía una traída conjunta para los municipios de Cenlle, San Amaro y Punxín, que en mayor o menor medida sufren las consecuencias de la sequía durante los veranos. La primera fase, no obstante, se resolvió con urgencia, a partir del descubrimiento en el año 2007 de pequeñas dosis de arsénico en los pozos que suministraban a la población de los tres pueblos de Cenlle.
Los análisis realizados por el Concello y la Consellería de Sanidade no revelaban nada alarmante para la salud, pero como medida de prevención se recomendó a los vecinos no consumir el agua. A partir de ese momento, el Concello suministró durante algún tiempo garrafas entre el vecindario, hasta que con el apoyo de la Diputación provincial se instalaron filtros especiales para que el agua de los pozos fuese potable, si bien era necesaria su reposición.
DECEPCIÓN
Esa situación se prolongó hasta la actualidad, con la entrada en funcionamiento de la nueva red de abastecimiento. El alcalde de Cenlle, Manuel García Montero, manifestó su satisfacción al respecto, porque la filtración del agua resultaba muy costosa para el Concello. No obstante, también mostró su decepción porque la Xunta no tiene previsto continuar con la segunda fase del proyecto y unificar el suministro a todo el Concello en una única captación. De esta forma, sólo el 40% de la población se beneficia de las recién terminadas obras, mientras que el resto continúa utilizando pozos, con el consiguiente gasto que esto supone para las arcas municipales en relación al control y depuración del agua.
Sin embargo, García Montero tampoco estaba demasiado conforme con el proyecto gestionado por el anterior bipartito para suministrar a tres concellos desde una sola captación en el Miño. 'Nós tíñamos un proxecto único para Cenlle, pero o bipartito cambiouno e de levarse a cabo suporía un importante gasto enerxético'.
Los análisis realizados por el Concello y la Consellería de Sanidade no revelaban nada alarmante para la salud, pero como medida de prevención se recomendó a los vecinos no consumir el agua. A partir de ese momento, el Concello suministró durante algún tiempo garrafas entre el vecindario, hasta que con el apoyo de la Diputación provincial se instalaron filtros especiales para que el agua de los pozos fuese potable, si bien era necesaria su reposición.
DECEPCIÓN
Esa situación se prolongó hasta la actualidad, con la entrada en funcionamiento de la nueva red de abastecimiento. El alcalde de Cenlle, Manuel García Montero, manifestó su satisfacción al respecto, porque la filtración del agua resultaba muy costosa para el Concello. No obstante, también mostró su decepción porque la Xunta no tiene previsto continuar con la segunda fase del proyecto y unificar el suministro a todo el Concello en una única captación. De esta forma, sólo el 40% de la población se beneficia de las recién terminadas obras, mientras que el resto continúa utilizando pozos, con el consiguiente gasto que esto supone para las arcas municipales en relación al control y depuración del agua.
Sin embargo, García Montero tampoco estaba demasiado conforme con el proyecto gestionado por el anterior bipartito para suministrar a tres concellos desde una sola captación en el Miño. 'Nós tíñamos un proxecto único para Cenlle, pero o bipartito cambiouno e de levarse a cabo suporía un importante gasto enerxético'.
