Manuel García Montero opta a la reelección como presidente animando a los jóvenes a incorporarse al mundo vitivinícola

La cooperativa elige nueva directiva y apuesta por las viñas comunitarias

Manuel García revisa uvas, durante la pasada vendimia.
La Cooperativa Vitivinícola do Ribeiro celebra este domingo una asamblea general de socios para realizar el balance del 2010 y, además, para elegir nueva junta directiva al haberse cumplido el periodo estipulado de cuatro años.
Manuel García Montero (alcalde de Cenlle) lleva en torno a los 16 años al frente de la dirección de la bodega y una vez más encabeza una candidatura, en la que ha introducido algunos nuevos miembros. Él ya había formado parte de la junta en los primeros tiempos de funcionamiento de la cooperativa, inaugurada en 1968, con Elogio Gómez Franqueira al frente. Después de una temporada sin participar, había vuelto de nuevo como vocal y posteriormente de secretario, hasta que fue nombrado presidente.

En la actualidad, la cooperativa cuenta con aproximadamente 650 asociados, que ejercerán su derecho al voto en urna, a partir de las 11 horas, en las instalaciones de Valdepereira.


POSITIVA EVOLUCIÓN

Manuel García Montero hace una valoración muy positiva de la evolución progresiva de la cooperativa. 'Fomos a primeira bodega de Galicia en poñer no mercado viño embotellado, xa que ata que se fundou a cooperativa o viño vendíase únicamente a granel'. El famoso Pazo daba paso más adelante a la reconocida marca Viña Costeira.

La transformación de la bodega, con la modernización de las instalaciones y la incorporación de tecnología avanzada, se produjo a principios de la década de los 80, una circunstancia que repercutió favorablemente en el mercado.'Empezamos vendendo por toda Galicia e hoxe somos a bodega máis importante', apuntaba García Montero. Aunque no recuerda con exactitud el número de botellas de vino que salían al mercado durante los primeros años, calcula que rondaría las 100.000, cuando en la actualidad, siempre en función de la cosecha, puede oscilar entre cuatro y cinco millones.

Otra transformación experimentada de forma paulatina ha sido la adquisición y plantación de viñas de titularidad propia con independencia de las propiedades de los asociados, que ahora ronda una superficie de 50 hectáreas.

Dos objetivos son los que se marca la cooperativa de forma inmediata. Por un lado, conseguir mentalizar a la gente joven para que se anime a producir, por otro, potenciar las plantaciones comunitarias, teniendo en cuenta que el minifundismo sigue siendo uno de los principales problemas de la Denominación de Orixe Ribeiro. 'O ideal é a concentración parcelaria, pero eso supón un proceso de máis de 10 anos, por eso animamos ós fillos dos socios e novos asociados a facer viñas grandes para reducir costes e poder traballar coa maquinaria, e sempre coas variedades de calidade', indicó Manuel García. La dirección de la cooperativa es consciente de que 'no mercado actual están baixando os viños de mesa e afianzándose os da denominación, por iso pedimos un novo reglamento ó Consello Regulador, porque hai que reducir a producción por hectárea buscando a calidade', concluyó Manuel García Montero.

Te puede interesar