La guerra frena proyectos de exportación de vino a Rusia

El sector del vino mira con preocupación el ataque de Rusia a Ucrania, no tanto por la cantidad que exportan a esos países, como por las posibilidades de abrir estos mercados del este y, sobre todo, por el encarecimiento de los costes de producción por el conflicto. Rusia y otros países del entorno son objetivos importantes para este 2022 de algunas bodegas como la Cooperativa Viña Costeira de O Ribeiro. “Rusia e outros países do este son importadores e a guerra xa paralizou algún pedido porque o rublo desplomouse e os prezos dos nosos viños para eles nestes momentos son prohibitivos”, apunta el presidente de la cooperativa, Andrés Rodríguez. En ese sentido, indicaba que precisamente está paralizado un pedido de 30.000 botellas a Rusia y que tampoco saben si asistirán a la feria de San Petersburgo, aunque se mantiene el contacto con distribuidores. La bodega exporta el 12% de la producción -el 1% a Rusia-, pero “non se trata do que vendemos agora senón do que podíamos chegar a vender”, puntualiza. Las bodegas de la Denominación de Orixe Valdeorras exportaron a Rusia y Ucrania 729 y 846 litros de vino godello, respectivamente, en el último ejercicio. No es una presencia significativa si se compara con los 467.471 litros vendidos en el exterior. El presidente del Consello Regulador, José Luis García Pando, indicó que esa zona europea “non é moi consumidora”, apuntando seguidamente que los importadores rusos se inclinan por vinos muy caros o muy baratos, caldos que no suelen elaborar las bodegas de la denominación. En todo caso, mostró su preocupación ante la guerra de Ucrania, indicando que “pode dar lugar a outros problemas para o sector”. En términos parecidos se pronunció José Manuel Rodríguez, presidente en la Ribeira Sacra: “Son grandes compradores de viño de mesa, pero levan pouco viño de denominación de orixe”. En cuanto a Monterrei, indicaba la presidenta Lara Da Silva, que del 7% de exportación del total de la producción, solamente un 0,12% va para Rusia. “Exportamos pouco a eses países pero outra cousa diferente é no que pode desembocar a nivel económico e social”, opina. Temor al incremento de costes El presidente del Consello Regulador da Denominación de Orixe Ribeiro, Juan Casares, manifestaba su preocupación por la subida de la electricidad y carburantes, lo que conlleva “un encarecemento dos proveedores, do transporte e nos custos de produción”, señalando que “a repercusión a nivel de mercado é incerta, veranse afectados os que vendan a Rusia, que non é un país que absorba moita produción, e espero que as repercusións non afecten as vendas a outros países”. Otro sector que exporta a la zona del conflicto es el de la pizarra de Valdeorras, que vendió 286 toneladas de pizarra en Ucrania en 2021, facturando 128.167 euros. “Es un mercado emergente, aún con poca entidad. Iba subiendo y tenía cada vez más obra”, apunta un empresario. Tampoco Rusia está entre los grandes clientes de las canteras, importando 189 toneladas en el año pasado, que supusieron unos ingresos de 123.807 euros. En referencia a la repercusión que la guerra puede tener en el sector, opina que el volumen de pizarra que pueda perderse no supone un daño muy grave, “el problema es que se disparen los precios de la electricidad y el gasóleo, arrastrando el precio de los transportes. La repercusión será en el incremento de costes”.