Sucesos en Ourense | El médico de Cortegada, el primer confesor de Cristina

Cristina Rodríguez Veloso (26 años), imputada por asesinar a un ligue al que conoció por internet, antes de confesar, comenzó a sentirse muy acorralada. La Guardia Civil, en plena investigación por la denuncia del 27 de agosto por la desaparición de un catalán, de 53 años, comenzó a merodear la localidad de Rabiño, en donde residía ella. El móvil de la víctima se había apagado en Cortegada, según las investigaciones de los Mossos d’Esquadra. La imputada comenzó a ponerse nerviosa ante la presencia policial y acudió al médico de cabecera del concello el lunes día 20 para contar la primera versión, esa en la que solo trataba de esconder el cadáver cuando se lo encontró muerto, pero sin que mediara su intervención. En esta “entrega”, ambos salieron a cenar e ingirieron alcohol. A la mañana siguiente, no respiraba y se asustó. Quemó el cuerpo y lo arrojó al embalse porque el hallazgo repentino del cadáver la desbordó. El facultativo de Primaria atribuyó a una fantasía el relato de la presunta homicida y, por esa razón, la derivó a la consulta de Psiquiatría del CHUO, en donde ya sabían que la paciente traía consigo una historia muy gore. A partir de ahí, fue poco a poco tirando de la manta hasta que optó, el pasado jueves, por no declarar ante la jueza de instrucción. La togada, teniendo presente la sucesión de los hechos, decretó la prisión provisional de la supuesta autora. La presunta homicida de forma espontánea relató a los agentes y la jueza, en plena inspección, tres días después de ir al médico de cabecera, que mató a José María Roldán porque, tras unos días de convivencia, ya no le gustaba y él, sin embargo, no quería irse porque estaba muy enamorado. En esa versión incriminatoria, asegura que llegaron de comer de Ribadavia y comenzaron a discutir. Primero, por la compra de una cafetera. Ella le recriminó que hubiera gastado el dinero en algo que no necesitaba. Después, llegó el momento en que le dijo que quería que se fuera de su casa y, en nombre del amor, él declinó esa alternativa. Cristina confesó, en la huerta de su casa y ante la comitiva judicial, el plan para acabar con la vida de su amante y, de esta forma, que saliera definitivamente de su casa: un café atiborrado de medicamentos para dormirlo y posteriormente asfixiarlo con una almohada. A partir de ahí, intentó quemarlo pero una vecina frustró sus planes porque era el mes de agosto y no procedía tanto fuego. Por esta razón, tuvo que meter los restos que no ardieron en dos bolsas grandes que arrojó al monte, a unos 500 metros de la casa. También se deshizo de una play station, arrojada a una finca anexa, mientras tiró al agua el móvil y una tarjeta sanitaria. Una tarjeta sanitaria catalana en Frieira El embalse de Frieira es un punto clave en la investigación del crimen de Cortegada. Tres días después de que Cristina Rodríguez confesase que había calcinado el cuerpo de José María Roldán, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil halló en el embalse un móvil y una tarjeta sanitaria catalana a la que se le habían borrado las letras. Ambos objetos están siendo analizados para determinar si pertenecen al fallecido.