El mortero de la Guerra Civil que hallaron unos trabajadores cuando rehalitaban un bajo comercial tenía toda la carga explosiva estropeada. El artefacto no llegó a estallar pese a los intentos de los expertos de la Guardia Civil durante una explosión controlada. Los restos del proyectil fueron decomisados por los agentes para trasladarlos a un museo del instituto armado.
La Guardia Civil no fue capaz de hacer estallar el mortero de la Guerra Civil que unos operarios encontraron en un bajo comercial de Ribadavia cuando lo estaban rehabilitando.
Los agentes realizaron varios intentos durante una explosión contralada pero el proyectil no llegó a estallar al tener toda la carga explosiva estropeada. Es más, según fuentes del instituto armado, en el interior, debido al paso del tiempo, ya no quedaba pólvora.
El mortero apareció pasadas las 12.00 horas del miércoles entre los escombros cuando los trabajadores adecentaban lo que fue el escaparate del comercio, una antigua zapatería. Al lugar acudieron de inmediato expertos de la Guardia Civil en materia de explosivos (Tedax), que se hicieron cargo del artefacto con la intención de hacerlo estallar en un campo abierto y legalizado. Debido al pasado del tiempo, ya es difícil saber si realmente estaba cargado o fue vaciado, afirmaron fuentes del instituto armado. El mortero, tras los intentos fallidos para que estallara, fue recogido por los agentes para ser analizado y trasladarlo a un museo del instituto armado.
Los agentes investigan la procedencia del proyectil y el tiempo que podría llevar en el negocio de Ribadavia.
En los últimos 10 años fueron encontradas en la provincia 17 granadas y morteros de la Guerra Civil. Todas ellas fueran halladas por vecinos al derribar inmuebles, realizar destierros o cuando trabajaban en fincas. La mayoría del material explosivo no llegó a estallar al ser activado por la Guardia Civil en campos autorizados.
Los agentes realizaron varios intentos durante una explosión contralada pero el proyectil no llegó a estallar al tener toda la carga explosiva estropeada. Es más, según fuentes del instituto armado, en el interior, debido al paso del tiempo, ya no quedaba pólvora.
El mortero apareció pasadas las 12.00 horas del miércoles entre los escombros cuando los trabajadores adecentaban lo que fue el escaparate del comercio, una antigua zapatería. Al lugar acudieron de inmediato expertos de la Guardia Civil en materia de explosivos (Tedax), que se hicieron cargo del artefacto con la intención de hacerlo estallar en un campo abierto y legalizado. Debido al pasado del tiempo, ya es difícil saber si realmente estaba cargado o fue vaciado, afirmaron fuentes del instituto armado. El mortero, tras los intentos fallidos para que estallara, fue recogido por los agentes para ser analizado y trasladarlo a un museo del instituto armado.
Los agentes investigan la procedencia del proyectil y el tiempo que podría llevar en el negocio de Ribadavia.
En los últimos 10 años fueron encontradas en la provincia 17 granadas y morteros de la Guerra Civil. Todas ellas fueran halladas por vecinos al derribar inmuebles, realizar destierros o cuando trabajaban en fincas. La mayoría del material explosivo no llegó a estallar al ser activado por la Guardia Civil en campos autorizados.
