La coreógrafa y directora argentina Marina Otero eclipsó en la jornada inaugural del sábado al público asistente al Auditorio Rubén García do Castelo con “Fuck me”. Por primera vez, Otero no apareció en solitario sobre el escenario, optó por dar órdenes a cinco performances-bailarines, quienes guiaron al espectador en un viaje al pasado y por las marcas que deja el paso del tiempo en los cuerpos. El espectáculo, entre documental y ficción, no dejó indiferente al público que disfrutó de lo atrevido y provocador de la propuesta, premio del público 2021 del ZKB que sirvió, además, para afianzar la presencia internacional de la MIT de Ribadavia.
El público de Ribadavia se rinde al viaje al pasado de "Fuck me"
