La iglesia de A Madalena de Ribadavia se convirtió ayer en escenario de uno de los estrenos más esperados por el público, “Relato para un incendio”, que ofreció por la tarde la compañía Aantena en una coproducción con el Centro Dramático Galego y la propia MIT.
Una obra de la que es autor Ernesto Is y que, “desgraciadamente, é premonitoria e está bastante de actualidade, con Galicia ardendo nestes días dende O Caurel ata Valdeorras”, apunta Roberto Pascual, director del festival. Un montaje teatral que parte de los estudios antropológicos de Gustav Hennigsen durante la década de los 60 para buscar los últimos vestigios de la brujería en Galicia y los incendios provocados por una vecina de Cerceda en el verano de 2016, que plantaba fuego con un mechero en el que figuraba la leyenda “Amo a Galicia”.
Las representaciones continuaron a primera hora de la noche en la localidad de San Cristovo con la compañía vasca Ertza y su “Meeting point” o punto de encuentro. Un espectáculo de apenas media hora, pero con una potencia escénica importante y con elementos como el breakdance y el hip hop como elementos dinamizadores, y que recibió en 2018 el Premio Max de teatro.
La jornada finalizó en el auditorio del Castillo con “El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca”.
