La Festa da Istoria, en su 25 edición, invadió una vez más las calles y plazas de Ribadavia con miles de personas que disfrutaron de un amplio abanico de espectáculos, con los que se recreó la Edad Media.

Ribadavia abrió su túnel del tiempo

Así de concurrido estaba el casco histórico.
Ribadavia se transformó de nuevo ayer en una villa medieval, gracias al tesón de los vecinos que de forma voluntaria hacen posible cada año, y así van 25, que la Festa da Istoria luzca con todo su esplendor y por eso sea considerada una de las favoritas de Galicia, según opinan muchos asistentes que acuden fieles a cada nueva edición. Así, una vez más, se juntaron miles de personas, que disfrutaron desde la mañana y durante toda la jornada de múltiples espectáculos repartidos por calles, plazas y fachadas engalanadas para la ocasión.
El gran desfile que transcurrió por el centro del pueblo mostraba a media mañana a los personajes más variopintos, representando a los distintos sectores sociales de la Edad Media, desde la iglesia, pasando por la nobleza, los reyes, caballeros, soldados, verdugos y judíos, entre otros. El séquito se completaba con los grupos de tambores, música medieval, banda de gaitas, malabaristas, equilibristas y gigantes.

La fachada del castillo de los Sarmientos fue el escenario elegido para el pregón a cargo del Coro da Istoria. A partir de ahí, los asistentes dispusieron de un amplio abanico de ofertas, empezando por el mercado medieval ubicado en la Alameda, en el que se exponían los más variados productos y se recreaban diversos oficios artesanales. La gastronomía también invadía todo el casco histórico con pequeños puestos en los que se podía adquirir desde empanada a pulpo, tortilla o dulces, además de algunas tabernas ambulantes en las que se podía degustar churrasco, entre otras viandas. Una estampa curiosa se ofrecía en la Praza Maior, en donde se asaba al aire libre un cerdo despedazado en grandes piezas de carne.


LA BODA

La boda judía volvió a llamar la atención de los visitantes, que siguieron a la tradicional comitiva en su recorrido desde la Rúa dos Fornos hasta la Igrexa da Oliveira, a la que únicamente se podía acceder si ibas vestido de época. Son 25 años intentando que el público acuda con trajes que no desentonen en la gran representación de la Istoria, pero pese al empeño de la organización, todavía hay personas que se resisten. El problema es que por ese pequeño detalle se pierden algunos espectáculos como el ajedrez viviente que se realizaba en el castillo de los Sarmiento, y al que no se podía entrar sin el vestido adecuado.

Un año más sorprendieron las actuaciones de los Tabaleiros da Istoria, la exhibición de cetrería, el torneo medieval, el baile de 'donas sen cabaleiros', tiro con arco o el tiro con ballesta, contando con la participación de grupos como Gastrafetes, Arc-Teixo o Hípica Celta, entre otros, pero también con una gran parte de los 300 voluntarios que se suman en cada edición, ya sea para formar parte de alguno de los espectáculos o para reforzar el trabajo de la organización a cargo de la Coordinadora Festa da Istoria, que preside Miguel García, y que cuenta con el apoyo del Concello, fundamentalmente a nivel de infraestructuras y seguridad.

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