La tormenta del pasado domingo interrumpió a media tarde la vendimia de la uva destinada a la elaboración del vino tostado programada para esa jornada por la Cooperativa Vitivinícola do Ribeiro. Las condiciones climatológicas han impedido que desde el 2015 no se pudiese recolectar en las condiciones adecuadas para hacer el tostado y en la presente campaña se ha reducido en gran medida la cantidad por causa de la tormenta, ya que una vez que llueve la uva ya no sirve para este vino. Así, la bodega Viña Costeira contará con poco más de 3.000 kilos de esta uva especialmente cosechada para su tostado, lo que supondrá entre 700 y 800 litros, cuando hace cuatro años se había logrado en torno a los 8.000 kilos.
El presidente de la cooperativa, Andrés Rodríguez, apuntaba que en estos momentos todavía se está preparando la añada del 2015 y que la de este año estará en el mercado en las Navidades de 2021.
La vendimia se realizó en la zona de San Cibrao, en donde previamente se realizó una poda especial para que los racimos sean pequeños, estén aireados y la uva sea de graduación elevada de la variedad treixadura. "Es un producto caro, porque la elaboración también lo es", señala el presidente, teniendo en cuenta que cada botella supera los 40 euros. En ese sentido, apunta que para un litro de tostado se necesitan nueve kilos de uva, cuando para el vino blanco con cada kilo se elaboran 0,70 litros.
Durante la vendimia se dispusieron los racimos en cajas de no más de dos kilos, que ya están en las instalaciones de la cooperativa para su deshidratación de forma natural, un proceso que dura de cuatro a seis meses. Después pasa a barrica un tiempo similar, al igual que en la botella, con lo cual el proceso se prolonga en torno a los dos años. La cooperativa fue pionera en la recuperación del tostado de esta zona vitivinícola en 2003, tras muchos años sin que se elaborara. Viña Costeira también recibía ayer las primeras uvas para los vinos blancos y tintos de más de 800 productores entre socios y proveedores.
