La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) elaboró un estudio pionero sobre el rol de las mujeres en el audiovisual gallego. Durante tres meses, un equipo multidisciplinar estudió varios largometrajes, series y web series gallegas de 2020, y el resultado de su investigación fue presentado ayer en el Ourense Film Festival (OUFF).
Al inicio, Carmen Leyte, presidenta de la Fundación Carlos Velo, lamentó la naturalidad y frecuencia con la que las mujeres “aparecen interpretando papeis vexatorios, de sumisión”.
Después, Adriana Páramo, una de las investigadoras, explicó que el trabajo se dividió en tres puntos: representatividad (recogida de datos cuantitativos sobre el número de profesionales para los distintos puestos y cargos, comparando el porcentaje de hombres y mujeres), representación y análisis fílmica, interpretando los diferentes planos como unidades mínimas de significado. En total, estudiaron un total de 124 variables.
Amada Traba, socióloga que también participó en el proyecto, reivindica la necesidad de trabajos como este, porque “desde a época das cavernas, o que se representa é o relevante. E, como a sociedade é patriarcal desde o neolítico, as mulleres quedaron invisibilizadas”, cuando “se carecemos de referentes, a nosa construción do eu será moi pobre”. Concluyó que “hai unha perspectiva masculina e heterosexual que nos converte en obxectos sexuais para o pracer masculino”, por lo que reclamó más diversidad.
La intérprete Mariana Carballal, coordinadora del equipo, comparó que, mientras que las actrices logran su pico máximo de trabajo entre los 20 y 30 años, y entonces su número de papeles desciende drásticamente, los hombres lo alcanzan entre los 50 y 60, lo cual demostraría “a sexualización do noso traballo”.
