Ourense no tempo | Sala de fiestas Vanessa

Ourense no tempo

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Ourense no tempo

El tema del ocio es de los que van cambiando con cada generación y no debemos entrar en el debate de cuál es el mejor estilo. La realidad es que cada momento tiene su encanto.

De los bailes en las sociedades -Liceo, Orfeón, Artística, Club de Tenis, etc.- a los macro conciertos con orquesta de moda -Combo, Panorama, etc.- han sido muchos los pasos intermedios y en nuestra ciudad, si bien es lícito quejarse por la escasez de locales, también es cierto que los que hemos tenido han sido punteros en su momento. La Sala Auria estuvo considerada como una de las más avanzadas de España; 3A fue modelo para muchas otras discotecas; la sala Cumial marcó un hito en el mundo del ocio, y la que hoy nos ocupa se convirtió en una referencia del norte peninsular: hablamos de la sala Vanessa.

Pero para comenzar esta historia, debemos presentar al principal personaje: Alejandro Fernández Figueroa, un empresario gallego, hoy afincado en Brasil, que durante años fue el referente del ocio en Galicia. Restaurantes, salas de fiestas y bingos estaban entre sus preferencias, pero no dudaba en tener escarceos con el mundo de la moda (vaqueros Pelé) o la organización de fiestas y eventos (uno de los mejores San Froilán que se recuerdan lo organizo él, con su empresa de contratación). Su don de gentes le abría puertas y le facilitaba codearse con la “jet set” internacional. Desde alcaldes a presidentes de país, pasando por nombres como el futbolista Pelé o el cantante Roberto Carlos. Este vigués fue quien, después de triunfar con la sala Nova Olimpia de Vigo, decide fijar su mirada en Ourense.

En el año 73 nada hacía pensar que el centro de ocio ourensano se ubicaría ahí.
En el año 73 nada hacía pensar que el centro de ocio ourensano se ubicaría ahí.

Para ello, en los inicios del año 74 se rodea de un pequeño grupo de inversores locales y en un breve espacio de tiempo encuentra el local idóneo y hace la reforma. Se trataba de transformar un viejo garaje de la calle Progreso (Garaje Campos) en una sala espectacular. Alejandro sabía que lo primordial por encima de las luces y zonas visibles, barra, pista… era crear ambiente; para ello, el personal -dj, camareros, jefe de sala, etc.- no podía ser cualquiera.

Fue el 30 de octubre de 1974 cuando se inauguraba la sala, con la presentación de su orquesta residente, Los Almirantes, y la actuación del bailarín Rafael de Córdoba. Alejandro F. Figueroa actuó como anfitrión y desde el primer momento dejó claro que Vanessa nacía con la intención de convertirse en referente del ocio gallego. Los lazos existentes entre Nova Olimpia y Vanessa facilitaban la contratación de grandes figuras del panorama nacional e internacional, como así se hizo.

Los primeros pasos de la sala fueron espectaculares: Juan Erasmo “Mochi”, seguido de Karina, y Juan Pardo. El plato fuerte: el griego Demis Roussos, al que muchos no pudieron ver porque la entrada era de 500 pesetas, una pequeña fortuna para la gente joven. La premura en la programación llevó incluso a algún error en cuanto a la publicidad: para el 23 y 24 se anunciaba la actuación de Betty Missiego, pero finalmente fue Juan Camacho. Terminaba ese mes de inicio con otro grande internacional, el italiano Albano. El paso de los años es posible que pueda llevar a engaño, pensando que era un plantel normalito, pero os aseguro que en aquel año 74 era algo verdaderamente espectacular, a la altura de los mejores escenarios.

Esos meses habían encumbrado a la sala en los primeros puestos del ranquin del ocio nacional, pero el hecho de ofrecer después de tanto tiempo de “sequía” de actuaciones esa “riada repentina” se manifestó un poco excesivo. El año 75 fue el de definición de la sala. Actuaciones sí, pero alternando con las sesiones discoteca en las que el dj sustituía la orquesta en directo. Los Almirantes pasaron a la sala viguesa de Nova Olimpia, y Vanessa se hace con los servicios de José Antonio Balado Dapia “Balas” (cualquier día será protagonista de un artículo, ya que Balas fue uno de los pilares de la noche ourensana desde el 68, que comenzó en Boccacio, hasta el 86, que pinchó en la sala Cumial, sin olvidar las salas de las que fue propietario: Long Play, Polaris -antes Bogart, después Salsa-, Violeta en O Barco o M-30 en Maceda).

La falta de orquesta condicionaba las actuaciones, ya que los artistas que no disponían de acompañamiento musical no podrían actuar de manera sencilla. En ese año, los conjuntos músico vocales eran los mas frecuentes en el escenario de Vanessa: Yerbabuena, etc., con algún caso como el de Patxi Andión, que se trajo a todos sus músicos, o el de los Hermanos Calatrava, que abrían otra vía de espectáculo.

En los 80 sufrió su primer cambio de nombre, pasando a ser Nova Vanessa, pero antes ya había vivido otras transformaciones en su oferta. La principal, y que a muchos ourensanos de mi generación nos abrió las puertas de estas salas que considerábamos para mayores (cuando abrió Vanessa yo cumplía 12 años), fueron los desfiles de moda que tiendas como Don Manuel, Ferrer, Pazos, Aser, Sindian, etc., organizaban con la frecuente colaboración del inolvidable Horacio Caneiro, locutor de La Voz del Miño. En esos desfiles había la versión del viernes, en la que los alumnos de institutos y colegios organizaban el desfile, o mejor, vendían las entradas, obteniendo una gran parte de la recaudación para el viaje de finde curso.

Una singularidad de la sala, hoy complicado, era la de abrir en sesión de tarde y noche todos los días excepto el lunes. Y otra, que muchos recuerdan, era la de que los jueves eran días de lleno total, oficialmente eran los “jueves fémina” (aunque en aquellos tiempos las chicas solían entrar casi siempre sin entrada), y los soldados que estaban en el Regimiento, en dura competencia con los jóvenes ourensanos, acudían como moscas a la miel… Conozco varios casos de parejas que hoy son familias con hijos y se conocieron bailando agarrados en Vanessa. ¡Tiempos aquellos en los que aún pedías si querían bailar!

La tercera fase del local fue cuando cambió de gerencia y paso a llamarse Glamour, con Paco Gallego al frente, pero esa historia será otro día…

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