El balance meteorológico corrobora la declaración de prealerta por “escasez coyuntural” de agua en el Limia y el Sil inferior declarada el pasado miércoles por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS). Los datos de abril revelan que en la provincia llovió un 32% menos de lo habitual, sobre todo en Valdeorras, que fue la comarca que menos precipitaciones registró de Galicia, y ayer mismo la ciudad rozó los 30 grados. La primera reacción a la escasez de precipitaciones vino de parte de Viaqua, la empresa que gestiona el agua en la mayoría de los concellos de la provincia, y que ha realizado un llamamiento para que “se haga un uso racional” de la misma, además de ofrecer distintas recomendaciones para no derrochar ese recurso.
El precedente más próximo a esta falta de lluvias es el año 2017, cuando cayó un 83% menos de agua de lo que marca la media. Sin embargo, el mes de abril de este año registró valores “muy secos”, mientras que a estas alturas del 2017 los parámetros de humedad en la provincia todavía se situaban dentro de lo normal. Como excepción, y aunque predominó la situación anticiclónica el pasado mes, los días 7 y 8 la climatología estuvo marcada por el paso de la borrasca Diego, que dejó lluvias generalizas y, en la alta montaña se estableció el aviso amarillo por vientos intensos. Por el contrario, tanto el comienzo como los últimos días del mes vinieron marcados por el predominio anticiclónico, que trajo jornadas de cielos despejados pero con temperaturas muy dispares.
Media capacidad
Por su parte, las cuencas del Miño-Sil se encuentran en estos momentos a la mitad de su capacidad, concretamente al 55,2%. Además de la falta de precipitaciones, potenciada por la situación anticiclónica que experimenta la provincia, el vaciado del agua almacenada en los embalses para el aprovechamiento hidroeléctrico que se llevó a cabo en verano también influyó en el nivel actual de las presas.
