Sergio S.V. fue absuelto de delito de coacciones del que le acusaba la fiscal.
El procesado fue juzgado por la denuncia interpuesta por su esposa, a quien una vez rota la relación, llamaba constantemente para pedirle dinero ya que de lo contrario le diría a sus padres que era ludópata. La juez entiende que este hecho en sí no encaja con un delito de coacciones porque la víctima no tenía miedo de que le hiciese algo.
