La decisión de Fomento de revisar el trazado de acceso a Ourense despierta viejos temores ya superados hace años, cuando se había desechado la idea inicial de que el AVE entrase a Ourense por el mismo trazado que lo hace hoy el tren convencional.
La presión de la sociedad ourensana, entre 2007 y 2009, había logrado que Fomento descartase esa idea y se aceptase un nuevo trayecto -la variante exterior- que no atravesaba la ciudad y cumpliese los requisitos técnicos para poder ser considerada una línea de alta velocidad. De hecho, si se mantiene el trazado convencional, éste sería el único tramo de todas líneas AVE españolas no apto para la alta velocidad, según un informe que manejan los empresarios gallegos.
El principal argumento al que aluden fuentes de Fomento para este cambio sería el económico, pero ese estudio empresarial califica de irreales las cifras oficiales. Inicialmente, construir el nuevo trazado costaría 500 millones de euros, casi 30 millones por kilómetro. Pero ni el complejo trazado por las montañas entre Vilar de Barrio y Lubián alcanza esas magnitudes, sino que las obras están ya contratadas por una media de 22 millones por kilómetro. La orografía del acceso a la ciudad es más suave y el coste por kilómetro se estima en 17 millones, es decir, un total de 289 millones, poco más de la mitad de lo que dice Fomento. Mientras la reforma del trazado actual (mucho más dañina para la ciudad) costaría 70 millones, unos 200 menos que construir uno nuevo, cuantía 'pequeña' si se compara con el coste total de la línea (el tramo hasta Lubián rondará los 3.000 millones).
En cuanto a los tiempos, los estudios oficiales sitúan en cinco minutos la duración del recorrido por el tramo nuevo, y de 15 por la vía convencional. Una diferencia de 10 minutos que puede parecer poca, pero que es fundamental para que el AVE gallego sea competitivo. Con el trazado nuevo, el viaje Ourense-Madrid estaría en las dos horas y un incremento de 10 minutos supone casi un 10% más de duración del viaje. Mientras, el tiempo de viaje entre A Coruña y Vigo no excedería de las tres horas, duración a partir de la que el tren deja de ser competitivo con el avión.
El principal argumento al que aluden fuentes de Fomento para este cambio sería el económico, pero ese estudio empresarial califica de irreales las cifras oficiales. Inicialmente, construir el nuevo trazado costaría 500 millones de euros, casi 30 millones por kilómetro. Pero ni el complejo trazado por las montañas entre Vilar de Barrio y Lubián alcanza esas magnitudes, sino que las obras están ya contratadas por una media de 22 millones por kilómetro. La orografía del acceso a la ciudad es más suave y el coste por kilómetro se estima en 17 millones, es decir, un total de 289 millones, poco más de la mitad de lo que dice Fomento. Mientras la reforma del trazado actual (mucho más dañina para la ciudad) costaría 70 millones, unos 200 menos que construir uno nuevo, cuantía 'pequeña' si se compara con el coste total de la línea (el tramo hasta Lubián rondará los 3.000 millones).
En cuanto a los tiempos, los estudios oficiales sitúan en cinco minutos la duración del recorrido por el tramo nuevo, y de 15 por la vía convencional. Una diferencia de 10 minutos que puede parecer poca, pero que es fundamental para que el AVE gallego sea competitivo. Con el trazado nuevo, el viaje Ourense-Madrid estaría en las dos horas y un incremento de 10 minutos supone casi un 10% más de duración del viaje. Mientras, el tiempo de viaje entre A Coruña y Vigo no excedería de las tres horas, duración a partir de la que el tren deja de ser competitivo con el avión.
