Durante todo el día de ayer, alaricanos y turistas de todos los puntos de la provincia, incluso de fuera de ella, disfrutaron de una nueva edición de la feria de artesanía 'Arte na mán', certamen que organizan anualmente el Concello de Allariz y la Asociación de Artesanos de la villa, y que alcanzó este año su décimo aniversario, con un resultado satisfactorio, según los organizadores, aunque las ventas se redujeron como consecuencia de la actual crisis económica. Con todo, el buen tiempo generó una gran afluencia de personas a Allariz, lo que también benefició a los locales de hostelería.
Un total de 25 artesanos, 11 de ellos locales y el resto de diferentes puntos de Galicia, expusieron sus trabajos en la plaza Mayor y la plaza de Abaixo del municipio. El cuero, la cerámica, el esmalte, el textil, la madera y la cestería fueron los protagonistas del mercado, que se prolongó desde primera hora de la mañana hasta las diez de la noche.
Además de apreciar y adquirir piezas, los visitantes y los alaricanos pudieron disfrutar de un taller de cestería in situ -impartido por Carlos González- y otro de elaboración de objetos de papel reciclado, que corrió a cargo de la asociación ourensana Aspanas.
DIEZ AÑOS
Esta feria artesanal nació en el año 2003, fruto del trabajo conjunto entre el Concello de Allariz, que dirige el nacionalista Francisco García, y el gremio de artesanos alaricanos, con la intención de promocionar la recuperación etnográfica y de los oficios perdidos para fomentar de ese modo la actividad artesanal, muy arraigada en tiempos pasados en la villa ourensana.
Además de apreciar y adquirir piezas, los visitantes y los alaricanos pudieron disfrutar de un taller de cestería in situ -impartido por Carlos González- y otro de elaboración de objetos de papel reciclado, que corrió a cargo de la asociación ourensana Aspanas.
DIEZ AÑOS
Esta feria artesanal nació en el año 2003, fruto del trabajo conjunto entre el Concello de Allariz, que dirige el nacionalista Francisco García, y el gremio de artesanos alaricanos, con la intención de promocionar la recuperación etnográfica y de los oficios perdidos para fomentar de ese modo la actividad artesanal, muy arraigada en tiempos pasados en la villa ourensana.
