Aunque fueron adjudicadas hace ya un mes, las obras de emergencia en la capilla de Os Remedios se están demorando debido al amianto de las uralitas que se encontraban en la cubierta del templo, que requieren un plan de seguridad para garantizar la salud de los operarios que manipulen ese material.
El retraso se debe, pues, a que 'el plan específico que se realizó contemplaba únicamente la cubierta', explica la concejala de Urbanismo, Áurea Soto. Sin embargo, dado que el incendio derribó buena parte del tejado del edificio, Traballo entiende que el plan de seguridad con respecto al amianto debe ampliarse a todo el desescombro (también en el interior del templo) y no ceñirse solo a la cubierta.
Así las cosas, el plan de seguridad presentado por la empresa -el Concello adjudicó las obras a principios de marzo a Construcciones Mascareñas e Hijos- ya tiene el visto bueno de la delegación provincial de Traballo, si bien está pendiente todavía del definitivo, de Santiago. Según Soto, a finales de este mes o principios de mayo podrían comenzar las obras, que arrancarían con la retirada de los escombros provocados por el incendio que arrasó la capilla a finales del pasado julio.
Estos trabajos iniciales, que ascienden a 45.848 euros, fueron asumidos por el Concello después de haber declarado el inmueble en situación de ruina inminente, el pasado enero. La institución local instó entonces a los propietarios a asumir la obra, dados los riesgos que a su juicio implicaban para la seguridad de los viandantes e incluso para la conservación de la propia capilla. Una vez pasado el plazo previsto, será el Concello el que asuma estas obras aunque con la intención de que finalmente sean abonadas por los propietarios del templo. La concejala Áurea Soto deja claro que 'buscaremos el reembolso por parte de los dueños del templo' y reiteró, una vez más, que el Concello no participará en las obras de recuperación del templo mientras continúe siendo de titularidad privada.
No en vano, tanto las administraciones públicas (Xunta, Concello y Diputación) como el Obispado ya habían comunicado en enero a los propietarios de la capilla que sólo asumirían el proyecto de rehabilitación si el inmueble era cedido, puesto que difícilmente pueden las administraciones aportar los 562.182 euros a los que ascendía el proyecto definitivo de recuperación del templo si éste es de titularidad privada. A raíz de aquella reunión, algunos de los propietarios habían manifestado por escrito su voluntad de ceder su parte del edificio, si bien otros miembros de la familia propietaria se oponen, al menos de momento, a la cesión.
LA INTERVENCIÓN
En todo caso, las obras que acometerá el Concello y que ahora se ven afectadas por este retraso se centran principalmente en el desmontaje de las partes de la cubierta y la tribuna que todavía están en pie, así como la consolidación de los muros y la coronación de las altas columnas. La actuación protegerá el sepulcro, la estatua funeraria del fundador de la ermita y también revisará la verticalidad de sus columnas, además de retirar el mobiliario, bancos y reclinatorios del templo, recuperando los exvotos que se puedan encontrar en la tribuna. Para realizar la obra, la adjudicataria creará un perímetro de seguridad que evite al acceso de personas al inmueble y consolidará las cornisas para impedir que se caigan.
Así las cosas, el plan de seguridad presentado por la empresa -el Concello adjudicó las obras a principios de marzo a Construcciones Mascareñas e Hijos- ya tiene el visto bueno de la delegación provincial de Traballo, si bien está pendiente todavía del definitivo, de Santiago. Según Soto, a finales de este mes o principios de mayo podrían comenzar las obras, que arrancarían con la retirada de los escombros provocados por el incendio que arrasó la capilla a finales del pasado julio.
Estos trabajos iniciales, que ascienden a 45.848 euros, fueron asumidos por el Concello después de haber declarado el inmueble en situación de ruina inminente, el pasado enero. La institución local instó entonces a los propietarios a asumir la obra, dados los riesgos que a su juicio implicaban para la seguridad de los viandantes e incluso para la conservación de la propia capilla. Una vez pasado el plazo previsto, será el Concello el que asuma estas obras aunque con la intención de que finalmente sean abonadas por los propietarios del templo. La concejala Áurea Soto deja claro que 'buscaremos el reembolso por parte de los dueños del templo' y reiteró, una vez más, que el Concello no participará en las obras de recuperación del templo mientras continúe siendo de titularidad privada.
No en vano, tanto las administraciones públicas (Xunta, Concello y Diputación) como el Obispado ya habían comunicado en enero a los propietarios de la capilla que sólo asumirían el proyecto de rehabilitación si el inmueble era cedido, puesto que difícilmente pueden las administraciones aportar los 562.182 euros a los que ascendía el proyecto definitivo de recuperación del templo si éste es de titularidad privada. A raíz de aquella reunión, algunos de los propietarios habían manifestado por escrito su voluntad de ceder su parte del edificio, si bien otros miembros de la familia propietaria se oponen, al menos de momento, a la cesión.
LA INTERVENCIÓN
En todo caso, las obras que acometerá el Concello y que ahora se ven afectadas por este retraso se centran principalmente en el desmontaje de las partes de la cubierta y la tribuna que todavía están en pie, así como la consolidación de los muros y la coronación de las altas columnas. La actuación protegerá el sepulcro, la estatua funeraria del fundador de la ermita y también revisará la verticalidad de sus columnas, además de retirar el mobiliario, bancos y reclinatorios del templo, recuperando los exvotos que se puedan encontrar en la tribuna. Para realizar la obra, la adjudicataria creará un perímetro de seguridad que evite al acceso de personas al inmueble y consolidará las cornisas para impedir que se caigan.
