La pediatra del CHOU Ana Villares habló de alergias en las Xornadas de Saúde Infantil que se están desarrollando en el Simeón.
La especialista de la Unidad de Neumología y Alergias Pediátricas del Complexo Hospitalario de Ourense, Ana Villares Porto-Domínguez, impartió ayer una conferencia sobre alergias infantiles en el Centro Cultural de la Diputación, dentro de las V Xornadas sobre saúde e seguridade infantil que ha organizado la Concejalía de Sanidade de Ourense.
¿Qué porcentaje de la población infantil de la provincia sufre alergias? Tenemos muchos pacientes en esta unidad del CHOU. Atendemos unas 1.200 consultas anuales, de las cuales unas 400 son primeras consultas. Realizamos unas 400 pruebas de alergias cutáneas -este año ya hemos realizado 77- y cerca de 540 espirometrías. Según nuestros cálculos, el 15 por ciento de la población en general está afectada por alergias y éstas se manifiestan, sobre todo, a partir de los tres años, en la infancia y adolescencia.
¿Cuáles son las alergias más comunes entre los niños ourensanos? La más común es la respiratoria (rinitis, rinoconjuntivitis y asma bronquial), provocada por múltiples alérgenos, sobre todo, los pólenes y los ácaros del polvo. Estos últimos atacan todo el año, aunque, principalmente, en invierno y en épocas de humedad. Y con la primavera llegan las alergias al polen (de los árboles). Como esta estación ha sido fresca y poco soleada este año se ha llevado bien. Ahora (hasta fin de mes) los alérgenos que atacan son los pólenes de hierba, malezas y gra míneas. Otras reacciones son a alimentos: se dan sobre todo en niños pequeños a las proteínas de la leche de vaca, y, en menor medida, al huevo. Menos frecuentes son las de los medicamentos, a animales domésticos y picaduras de insectos.
Sin embargo, hay una prevalencia cada vez mayor de esta enfermedad.
El primer mundo está más afectado. Se dice que una causa puede ser la contaminación ambiental, que puede acelerar el proceso. Pero también se asocia a la higiene -hoy los niños están muy bien cuidados y el sistema inmunológico tiene menor capacidad de respuesta al no tener que defenderse de las infecciones como antes-.
¿Cómo se debe tratar una alergia infantil? Los niños con alergias deben hacer una vida normal, jugar, salir al campo, hacer ejercicio, pero controlando el problema. Hay que tener en cuenta la predisposición genética del niño, vigilarla, saber cuál es la alergia a la que responde y tratar los síntomas con medicamentos -antiestamínicos, corticoides o inhaladores- y medidas de control -limpieza de la casa y habitación del niño, evitar alfombras y peluches o utilizar fundas antiácaros, para los alérgicos al polvo, y evitar salidas al campo en días de mucho sol y durante las horas de mayor carga de polen o ventilar a primera hora de la mañana, entre otras-.
¿Un niño alérgico será un adulto alérgico? Un niño con cuadros similares al asma no tiene que ser un adulto alérgico, pero aquél al que se le hayan realizado pruebas de sangre y piel y hayan resultado positivas, sí. No obstante, los síntomas de mayor dependerán de cómo evite los alérgenos y realice el tratamiento, pudiendo disminuir éstos considerablemente.
¿Qué les diría a los padres de niños con este problema? Que aunque no son enfermedades que hay que vivir con preocupación, hay que conocerlas y manejar los síntomas.
¿Qué porcentaje de la población infantil de la provincia sufre alergias? Tenemos muchos pacientes en esta unidad del CHOU. Atendemos unas 1.200 consultas anuales, de las cuales unas 400 son primeras consultas. Realizamos unas 400 pruebas de alergias cutáneas -este año ya hemos realizado 77- y cerca de 540 espirometrías. Según nuestros cálculos, el 15 por ciento de la población en general está afectada por alergias y éstas se manifiestan, sobre todo, a partir de los tres años, en la infancia y adolescencia.
¿Cuáles son las alergias más comunes entre los niños ourensanos? La más común es la respiratoria (rinitis, rinoconjuntivitis y asma bronquial), provocada por múltiples alérgenos, sobre todo, los pólenes y los ácaros del polvo. Estos últimos atacan todo el año, aunque, principalmente, en invierno y en épocas de humedad. Y con la primavera llegan las alergias al polen (de los árboles). Como esta estación ha sido fresca y poco soleada este año se ha llevado bien. Ahora (hasta fin de mes) los alérgenos que atacan son los pólenes de hierba, malezas y gra míneas. Otras reacciones son a alimentos: se dan sobre todo en niños pequeños a las proteínas de la leche de vaca, y, en menor medida, al huevo. Menos frecuentes son las de los medicamentos, a animales domésticos y picaduras de insectos.
Sin embargo, hay una prevalencia cada vez mayor de esta enfermedad.
El primer mundo está más afectado. Se dice que una causa puede ser la contaminación ambiental, que puede acelerar el proceso. Pero también se asocia a la higiene -hoy los niños están muy bien cuidados y el sistema inmunológico tiene menor capacidad de respuesta al no tener que defenderse de las infecciones como antes-.
¿Cómo se debe tratar una alergia infantil? Los niños con alergias deben hacer una vida normal, jugar, salir al campo, hacer ejercicio, pero controlando el problema. Hay que tener en cuenta la predisposición genética del niño, vigilarla, saber cuál es la alergia a la que responde y tratar los síntomas con medicamentos -antiestamínicos, corticoides o inhaladores- y medidas de control -limpieza de la casa y habitación del niño, evitar alfombras y peluches o utilizar fundas antiácaros, para los alérgicos al polvo, y evitar salidas al campo en días de mucho sol y durante las horas de mayor carga de polen o ventilar a primera hora de la mañana, entre otras-.
¿Un niño alérgico será un adulto alérgico? Un niño con cuadros similares al asma no tiene que ser un adulto alérgico, pero aquél al que se le hayan realizado pruebas de sangre y piel y hayan resultado positivas, sí. No obstante, los síntomas de mayor dependerán de cómo evite los alérgenos y realice el tratamiento, pudiendo disminuir éstos considerablemente.
¿Qué les diría a los padres de niños con este problema? Que aunque no son enfermedades que hay que vivir con preocupación, hay que conocerlas y manejar los síntomas.
