Dos colectivos novatos en el certamen consiguieron estrenar su participación con premio: Sem Um Cam obtuvo el galardón al mejor maio enxebre y Oscar Allos a las coplas. Os Galos vuelven a ganar en la categoría de maio tradicional.
Por tercer año consecutivo, la Asociación xuvenil Os Galos se alzó con el premio del jurado al mejor maio artístico. En esta ocasión se hizo con el galardón por su recreación de una escena del rastro, en la que conjugando musgo, carrabouxos y xestas, el colectivo dio forma a un puesto de venta de antigüedades en el que se ofertaba al comprador desde una vieja máquina de coser de la mítica marca Singer hasta toda una larga colección de aperos de labranza y otros utensilios, ante la mirada de un abuelo que acude con su nieto a este singular mercadillo. Neniño, todo o que teño aquí e tan vello como teu avó Miguel, rezaba la pancarta que acompañaba a la figura de la dependienta.
El mejor maio enxebre fue, a ojos del jurado, el que presentó el colectivo Sem Um Cam, que estrenó así con éxito su participación en este certamen. Se trataba de un pirámide de gran tamaño en la que resaltaba su exquisita confección y su enorme colorido, generado por el contraste del verde del musgo, con el amarillo de las flores de las xestas y un toque azulado conseguido con la introducción en la estructura de otro tipo de flor de primavera.
Al margen del aspecto visual, la musicalidad y el contenido de las coplas tuvo también su correspondiente premio. El galardón a la mejor copla recayó en la asociación cultural Oscar Allos, que también estrenaba presencia en la Festa dos Maios.
Siguiendo la línea instaurada en la pasada edición, los premios ya no se traducen en una recompensa económica, sino en una escultura y un diploma. La aportación monetaria se reduce ahora a la subvención que reciben todos los participantes (150 euros para los maios enxebres y 200 euros para los artísticos).
La obra de Amando Iglesias acaba en el río
Desde que, el año pasado, la Concejalía de Cultura puso en marcha la elaboración de un maio conxunto (maio da cidade) se recuperó la tradición de tirarlo al Barbaña. Si bien ayer, y a modo de homenaje, las aguas del río se llevaron en su discurrir por la ciudad el maio enxebre del participante con mayor edad y asiduo desde hace años a esta cita, Amando Iglesias Moure, cuya construcción en forma de cruceiro recibió una mención especial del jurado. Además del trabajo artesanal, el maio llevaba su propia moraleja: A M que no maio pendura/ é sinal de morte segura/ témola grabada nas máns/ tódolos seres humáns.
El mejor maio enxebre fue, a ojos del jurado, el que presentó el colectivo Sem Um Cam, que estrenó así con éxito su participación en este certamen. Se trataba de un pirámide de gran tamaño en la que resaltaba su exquisita confección y su enorme colorido, generado por el contraste del verde del musgo, con el amarillo de las flores de las xestas y un toque azulado conseguido con la introducción en la estructura de otro tipo de flor de primavera.
Al margen del aspecto visual, la musicalidad y el contenido de las coplas tuvo también su correspondiente premio. El galardón a la mejor copla recayó en la asociación cultural Oscar Allos, que también estrenaba presencia en la Festa dos Maios.
Siguiendo la línea instaurada en la pasada edición, los premios ya no se traducen en una recompensa económica, sino en una escultura y un diploma. La aportación monetaria se reduce ahora a la subvención que reciben todos los participantes (150 euros para los maios enxebres y 200 euros para los artísticos).
La obra de Amando Iglesias acaba en el río
Desde que, el año pasado, la Concejalía de Cultura puso en marcha la elaboración de un maio conxunto (maio da cidade) se recuperó la tradición de tirarlo al Barbaña. Si bien ayer, y a modo de homenaje, las aguas del río se llevaron en su discurrir por la ciudad el maio enxebre del participante con mayor edad y asiduo desde hace años a esta cita, Amando Iglesias Moure, cuya construcción en forma de cruceiro recibió una mención especial del jurado. Además del trabajo artesanal, el maio llevaba su propia moraleja: A M que no maio pendura/ é sinal de morte segura/ témola grabada nas máns/ tódolos seres humáns.
