La defensa de Antonio Gali Balaguer, con un historial de tres condenas asesinato, solicitó ante la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) la revocación de la sentencia de noviembre de 2009, cuando un jurado lo condenó por la muerte de Aurora da Cunha el 21 de noviembre de 2005, en un paraje de Listanco (Maside).
Su letrado, Albino Ferreira, hizo recaer el peso de la apelación en la "errónea" valoración de las pruebas realizada por el jurado. Primero, cuando "estimaron como alevosa" la maniobra de Gali, que al criterio del jurado trasladó a la mujer de la que había solicitado servicios sexuales, a un paraje que dificultaba la petición de auxilio y favorecía la impunidad del crimen. Lamentó el abogado defensor que el jurado diese validez a las percepciones forenses "que le interesaban para argumentar un fallo contrario al acusado", e ignorase aquellas que no contribuyan a ese fin. "El jurado acoge la parte del informe en la que se dice que es sádico y agresivo, pero obvia que mi defendido es una persona esquizoide incapaz de experimentar con profundidad el placer y el dolor".
La defensa atacó también el informe forense, "modificado durante el juicio oral, al pasar, en fase de instrucción, de hablar de una muerte por sofocación" (lo que deja abierta la posibilidad de una muerte accidental) a hablar de "una muerte por estrangulamiento".
Tal y como había hecho durante la vista oral, la defensa de Antonio Gali instó a la sala del TSXG a tener en cuenta el atenuante de alcoholismo. Los argumentos en los que se basó su apelación el letrado inciden, igualmente, en que Balaguer "no apretó con dos manos el cuello de la víctima, sino con una", y lo hizo además no con la intención de matar sino en el contexto de "un forcejeo, dentro del coche, tendente a recuperar la cartera" que le habría robado la mujer.
las acusaciones
La acusación particular ejercida por la familia de la víctima reclamó a través de su letrado, Jorge Temes, la confirmación de la condena que impuso a Antonio Gali una pena de 19 años de prisión. Al igual que el Ministerio Fiscal,entendió que el jurado valoró bien las pruebas, y que la muerte de Aurora da Cunha "fue alevosa por desvalimiento", toda vez que aquel buscó llevarla a un lugar deshabitado que le impidiese defenderse
El fiscal afirmó que los hechos "ponen los pelos de punta" y recordó que se cometieron "al poco de salir a la calle", en alusión a los años que pasó en prisión el procesado por otros delitos de asesinato por los que fue condenado. Anteriormente, la Audiencia de Zaragoza lo había condenado de una tacada a 64 años de cárcel por dos asesinatos. Era 1985. Su criminal debut lo sorprendió en Zaragoza. Convivía con un matrimonio, y sobre el marido cayó un día la furia de Antonio Gali, que lo mató y le asestó 17 hachazos al cadáver. Para reincidir eligió a una niña de 11 años, a la que después de matar enterró, colaborando posteriormente con la familia en la búsqueda de su cuerpo para escapar a las sospechas.
La defensa atacó también el informe forense, "modificado durante el juicio oral, al pasar, en fase de instrucción, de hablar de una muerte por sofocación" (lo que deja abierta la posibilidad de una muerte accidental) a hablar de "una muerte por estrangulamiento".
Tal y como había hecho durante la vista oral, la defensa de Antonio Gali instó a la sala del TSXG a tener en cuenta el atenuante de alcoholismo. Los argumentos en los que se basó su apelación el letrado inciden, igualmente, en que Balaguer "no apretó con dos manos el cuello de la víctima, sino con una", y lo hizo además no con la intención de matar sino en el contexto de "un forcejeo, dentro del coche, tendente a recuperar la cartera" que le habría robado la mujer.
las acusaciones
La acusación particular ejercida por la familia de la víctima reclamó a través de su letrado, Jorge Temes, la confirmación de la condena que impuso a Antonio Gali una pena de 19 años de prisión. Al igual que el Ministerio Fiscal,entendió que el jurado valoró bien las pruebas, y que la muerte de Aurora da Cunha "fue alevosa por desvalimiento", toda vez que aquel buscó llevarla a un lugar deshabitado que le impidiese defenderse
El fiscal afirmó que los hechos "ponen los pelos de punta" y recordó que se cometieron "al poco de salir a la calle", en alusión a los años que pasó en prisión el procesado por otros delitos de asesinato por los que fue condenado. Anteriormente, la Audiencia de Zaragoza lo había condenado de una tacada a 64 años de cárcel por dos asesinatos. Era 1985. Su criminal debut lo sorprendió en Zaragoza. Convivía con un matrimonio, y sobre el marido cayó un día la furia de Antonio Gali, que lo mató y le asestó 17 hachazos al cadáver. Para reincidir eligió a una niña de 11 años, a la que después de matar enterró, colaborando posteriormente con la familia en la búsqueda de su cuerpo para escapar a las sospechas.
