Una banda de encapuchados asaltó ocho chalés de conocidos empresarios y profesionales en Santa Cruz de Arrabaldo y Club de Tenis Ramirás. El último robo se produjo este martes en una vivienda que ya había sido asaltada a principios de mes. Pero no es la única en la que entraron dos veces. Los encapuchados robaron el 8 y el 14 de noviembre en el chalé del gerente de una empresa de automoción, una vivienda dotada de cámaras de seguridad, en las que quedó su imagen, y dejaron una maza y un hierro.
Los chalés de las grandes urbanizaciones en los alrededores de la ciudad están en el punto de mira de una banda de encapuchados, que sólo en el último mes asaltó ocho viviendas en Santa Cruz de Arrabaldo y el Club Tenis de Ramirás.
Los inmuebles son propiedad de conocidos empresarios y profesionales liberales y en alguno de ellos entraron dos veces, después de inutilizar sistemas de alarma o dar comida a los perros para que no ladraran.
Los ladrones suelen actuar de día y en una de las viviendas, de un empresario del sector del automóvil, se encontraron con el dueño, que estaba trabajando en la parcela que bordea el inmueble. Sucedió el pasado 8 de noviembre y los encapuchados se dieron media vuelta y se marcharon, prácticamente sin hacer ruido, pero regresaron a los pocos días, el 14 de noviembre, cuando no había nadie en el interior. Entonces tuvieron tiempo de sustraer joyas y destrozar la caja fuerte.
La vivienda está dotada de cámaras de seguridad, en las que quedó grabada la imagen de los encapuchados, que además abandonaron en una de las habitaciones un mazo y un hierro en forma de pata de cabra, que utilizan habitualmente para forzar las puertas. Ese mismo día, la banda entró en otros tres chalés, en los que tras apoderarse de dinero y joyas destrozaron muebles e incluso paredes buscando las cajas fuertes.
El subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, afirmaba ayer que las fuerzas de seguridad están investigando para detener a los autores, al tiempo que descartó que se esté produciendo una oleada de asaltos. Las pesquisas están en manos de la Poli cía Nacional, que intervino las cintas de la cámara de seguridad que grabó a los encapuchados, además del mazo y la pata de cabra en la que, según fuentes de la investigación, no dejaron huellas. Tampoco las dejaron en las casas que fueron asaltadas.
Grabados por las cámaras de seguridad
Los asaltantes suelen cubrirse el rostro con un pasamontañas al entrar en la vivienda y se lo quitan al comprobar que no hay nadie en el interior. Eso hicieron en uno de los chalés de Ramirás, en el que una cámara de seguridad recogió sus movimientos. Al encontrarla, los asaltantes se taparon la cara con las manos y, acto seguido, se pusieron de nuevo el pasamontañas.
La Policía Nacional revisó las imágenes, que podrían permitir la identificación de los asaltantes, aunque desde la Comisaría le restaban ayer importancia a este hecho asegurando que era imposible reconocerlos, al tener todo el cuerpo tapado.
Fuentes de la investigación negaba ayer de forma tajante que los encapuchados estén integrados en un banda organizada de albano-kosovares, que se caracterizan por actuar con mucha violencia, sobre todo si las víctimas están en el interior de sus viviendas. En todas las actuaciones que llevaron a cabo hasta el momento se mostraron bastante pacíficos. Si se percatan que hay personas en la vivienda optan por marcharse, apuntaron las citadas fuentes, recalcando que en la provincia no hay bandas organizadas que se dediquen a perpetrar robos en viviendas.
Otros robos
La zona asaltada ya vivió otra oleada de robos a principios de año, aunque entonces también se vieron afectados un restaurante, en el que entraron cuatro veces en un mes, y una gasolinera de la que los ladrones lograron llevarse 2.000 euros. La Policía Nacional aún no detuvo a los autores de estos asaltos.
Los inmuebles son propiedad de conocidos empresarios y profesionales liberales y en alguno de ellos entraron dos veces, después de inutilizar sistemas de alarma o dar comida a los perros para que no ladraran.
Los ladrones suelen actuar de día y en una de las viviendas, de un empresario del sector del automóvil, se encontraron con el dueño, que estaba trabajando en la parcela que bordea el inmueble. Sucedió el pasado 8 de noviembre y los encapuchados se dieron media vuelta y se marcharon, prácticamente sin hacer ruido, pero regresaron a los pocos días, el 14 de noviembre, cuando no había nadie en el interior. Entonces tuvieron tiempo de sustraer joyas y destrozar la caja fuerte.
La vivienda está dotada de cámaras de seguridad, en las que quedó grabada la imagen de los encapuchados, que además abandonaron en una de las habitaciones un mazo y un hierro en forma de pata de cabra, que utilizan habitualmente para forzar las puertas. Ese mismo día, la banda entró en otros tres chalés, en los que tras apoderarse de dinero y joyas destrozaron muebles e incluso paredes buscando las cajas fuertes.
El subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, afirmaba ayer que las fuerzas de seguridad están investigando para detener a los autores, al tiempo que descartó que se esté produciendo una oleada de asaltos. Las pesquisas están en manos de la Poli cía Nacional, que intervino las cintas de la cámara de seguridad que grabó a los encapuchados, además del mazo y la pata de cabra en la que, según fuentes de la investigación, no dejaron huellas. Tampoco las dejaron en las casas que fueron asaltadas.
Grabados por las cámaras de seguridad
Los asaltantes suelen cubrirse el rostro con un pasamontañas al entrar en la vivienda y se lo quitan al comprobar que no hay nadie en el interior. Eso hicieron en uno de los chalés de Ramirás, en el que una cámara de seguridad recogió sus movimientos. Al encontrarla, los asaltantes se taparon la cara con las manos y, acto seguido, se pusieron de nuevo el pasamontañas.
La Policía Nacional revisó las imágenes, que podrían permitir la identificación de los asaltantes, aunque desde la Comisaría le restaban ayer importancia a este hecho asegurando que era imposible reconocerlos, al tener todo el cuerpo tapado.
Fuentes de la investigación negaba ayer de forma tajante que los encapuchados estén integrados en un banda organizada de albano-kosovares, que se caracterizan por actuar con mucha violencia, sobre todo si las víctimas están en el interior de sus viviendas. En todas las actuaciones que llevaron a cabo hasta el momento se mostraron bastante pacíficos. Si se percatan que hay personas en la vivienda optan por marcharse, apuntaron las citadas fuentes, recalcando que en la provincia no hay bandas organizadas que se dediquen a perpetrar robos en viviendas.
Otros robos
La zona asaltada ya vivió otra oleada de robos a principios de año, aunque entonces también se vieron afectados un restaurante, en el que entraron cuatro veces en un mes, y una gasolinera de la que los ladrones lograron llevarse 2.000 euros. La Policía Nacional aún no detuvo a los autores de estos asaltos.
