Tres generaciones de ourensanos han pasado ya por las terrazas del Zona Verde y el Gaddafi que, junto a la vecina Rivela, forman una espacio de referencia en el ocio de una ciudad que valora, mucho, ese rinconcito a la orilla del río Miño
Con el río a mano derecha, y siguiendo la carretera antigua que sale de Ourense camino de Os Peares, se encuentran Barra de Miño y Rivela. Este enclave, perfilado por el conjunto de pueblecitos situados entre los ríos Barra y Miño, vivió una edad dorada en las décadas de los 80 y 90, gracias a los bares de la zona. Hoy por hoy, continúa siendo un referente de recreo y ocio, a tan solo quince kilómetros de la ciudad.
Nito Mira, su hijo Aaron y su nuera Fátima regentan actualmente el Zona Verde, uno de los dos pubs -junto al Gaddafi- protagonista de aquellos años y que permanece abierto hoy. Fue Lucita, madre y abuela de los Mira, la que llevó la fama a Barra de Miño con el licor café que despachaba en su taberna.
Años después, los padres de Aaron compraron una casa, al otro lado de la vía, en la que inauguraron el Zona Verde en 1990. "Aquí no había descanso. Trabajábamos 24 horas sin parar. En un inicio, estaba enfocado solamente a pub, pero acabamos preparando comidas, porque la gente venía de tarde y se quedaba aquí hasta que cerraba el local", comenta María del Carmen Loureiro, antigua dueña.
De aquellos años iniciales recuerda las noches "de jugar al escondite". Cuenta que se reunían más de medio centenar de personas, entre clientes y amigos. "Había gente que se subía a los árboles -se ríe-. Era gente con sus niños, daba igual que fuesen familias o no. Muy divertido", explica.
Parada de famosos
Por su terraza han pasado personajes famosos del panorama nacional. El director de cine José Luis Cuerda, el exjugador del Real Madrid Rafael Gordillo, la actriz Myriam Gallego -"Lucrecia" en "Águila Roja"-, la periodista María Patiño o el actor Eduardo Casanova -"Fidel" en "Aída"-, son algunos de los rostros conocidos que se dejaron caer por el Zona Verde.
Si bien a este lugar emblemático también llegaban de todos los rincones de la provincia. "Barra de Miño era o Sanxenxo de Ourense. Os empresarios da cidade pasaban os veráns en Barra de Miño. Aquí tiñan barco a maioría deles, atracábano na Rivela e viñan facer esquí a Barra de Miño. Téñoos visto comer con champán!", exclama Vicente, cliente habitual, sentado en una esquina de la terraza. Cuenta que era tal la cantidad de gente que llegaba a este lugar, que había servicio de aparcacoches.
"Un fin de semana aquí podíamos encher a terraza unhas cantas veces", apunta Nito. Asegura que, un domingo, se podían reunir allí unas 800 personas. "Ás veces, se pasaban apuro, axudabamos aínda que fose a recoller vasos", comenta Luis, otro histórico del local.
De temporada
Con el tiempo, las cosas cambiaron un poco. "Agora convertiuse nun local de temporada. É un negocio que se abre todos os días, de xuño a setembro, e en Semana Santa", explica Aaron. Se adaptaron a los nuevos tiempos y ahora también acogen celebraciones. "Para este verán temos dúas vodas e dous bautizos contratados. Tendo un local precioso e unha cociña, había que aproveitalo. Temos a idea de restaurar a nave e darlle una ampliación, co tempo", anota Fátima.
A escasos metros de su terraza, Manolo Seoane tiene montada la suya, la del Gaddafi. Empezó, medio en serio, medio en broma, con un amigo "e agora é do que vivo", sostiene. Tenía un bajo al que acudía con sus amigos, con sus bebidas en neveras. Era un local de reunión. Se bañaban en el río y pasaban las tardes allí. "Ata que un día un rapaz de A Ponte pediunos se podía celebrar aquí o seu cumpreanos", continúa. "Pero eses rapaces pensaron que o que tiñamos era un bar, porque colocaramos unha barra de madeira, moi enxebre. E alí naceu todo". Fue entonces cuando normalizaron el negocio, en 1982.
Hace 22 años esa sociedad se rompió y Manolo se instaló en el Gaddafi actual. Sostiene que el negocio va "mellor ca antes". "Eu non creo moito nas redes sociais, pero dende un tempo a esta parte, que comezamos a movernos sobre todo en Facebook, noto que se achega máis xente. Nestos momentos xa temos uns 4.000 seguidores", cuenta.
El éxito del negocio se lo achaca al "enclave" y a la "tranquilidade". "Eu vivo aquí e, como soe pasar, tal vez non o valore tanto, pero se nunca estiveches aquí, sorpréndeste. Unha terraza con césped, tan pegadiña ao río, non a atopas noutro sitio", asegura.
En una mesa de la terraza del Gaddafi conversan Tamara, Nerea y sus amigos. Suelen reunirse allí porque les gusta "el ambiente y la naturaleza". "Venimos a tomar el sol, bañarnos y ya quedamos para tomar algo", dice Nerea. Residen en el centro de Ourense, pero los meses de verano los pasan en Barra de Miño. Lo recomiendan "polo relax e a desconexión", apunta Tamara.
En la mesa de al lado, Omar toma un refresco de cola con sus amigos. "Aquí se está mejor que en Ourense cuando aprieta el calor, es un sitio fresco", comenta. Lleva 20 años acudiendo a este lugar.
LA TERCERA GENERACIÓN
A escasos kilómetros de allí, en Rivela, se encuentra otro de los puntos de encuentro emblemáticos de los alrededores de la ciudad de Ourense. "Aquí chegou a haber 98 barcos atracados", explica José Ramón Cariz, propietario del bar, señalando al embarcadero de Rivela.
Ahora no se permite la navegación a motor en la zona, pero sí la práctica de deportes acuáticos, otro de los reclamos de este enclave. "Tiñamos uha sociedade -el club náutico Rivela-, creo que os socios pagaban 200 pesetas, da época, de cuota", recuerda el dueño del Rivela.
Además, del mes de marzo a octubre, José Ramón Cariz alquila barcas, a seis euros la hora. Cuenta que por el negocio ya ve pasar a la tercera generación e clientes. "A nosa clientela é herdada, de país a fillos, e logo, a netos", se ríe.
