La llegada del buen tiempo invita a pensar en planes al aire libre. Entre esas opciones está la de descubrir un poco más los rincones que esconde la provincia y entre los que se encuentran varios bosques que merecen la pena visitar y que se convierten en una completa alternativa saludable. A continuación, cinco bosques de ensueño que resguardan diferentes comarcas ourensanas:
Teixadal de Casaio
En Valdeorras se esconde el Teixadal de Casaio, el bosque más antiguo de Galicia y uno de los más importantes de Galicia. Cuenta con el conjunto de tejos más relevantes de Europa y entrar en este espacio supone hacerlo en un lugar místico y misterioso. Fue uno de los lugares en los que se escondieron los maquis y aún conserva restos de las minas de wolframio explotadas por los nazis.
Cuenta con una ruta de senderismo de dificultad alta que arranca en Verea da Suburbia y finaliza en A Cabrita (Carballeda de Valdeorras). Son 9,5 kilómetros de ida y vuelta que se podrían completar en unas 5 horas. Lo recomendable para acceder es contactar con un guía para evitar no perderse y conocer todos los secretos que guarda.
El bosque benedictino de Santa Cristina de Ribas de Sil
En uno de los corazones de la provincia, la Ribeira Sacra, se encuentra este bosque repleto de miles de castaños que tapizan la ladera sur del Cañón del Sil. Entre los numerosos ejemplares naturales destaca también el imponente monasterio y las empinadas caídas hacía el río que dejan vistas de vértigo,
Para poder descubrir todo lo que esconde este bosque mágico se puede realizar una ruta de senderismo de 18,10 kilómetros que se completa en poco más de seis horas. El punto de inicio está en la plaza del Barquillero de Parada de Sil. Se puede hacer más corto ya que dispone de dos bucles, uno de poco más de ocho kilómetros y otro de 10. Por el camino hay mucho patrimonio y naturaleza que descubrir.
Bidueiral de Montederramo
Es otro de esos bosques con encanto que esconde la provincia ourensana. Una senda circular que permitirá a los interesados descubrir todos los rincones de un lugar único y repleta de abedules. El recorrido comienza en la aldea de A Mogaínza. Allí a través de una pista de tierra de seis kilómetros en la que solo pueden entrar vehículos todoterreno. Una vez superados empieza ya la senda por el bosque, que se acerca a puntos altos de la sierra de San Mamede. El camino pasa por puntos como As Pereiras, Campo do Cabezo de Lata, Campo da Cruz y Campo da Vermella, desde donde se llega al punto de partida. También es una buena opción para completar con una bicicleta de montaña.
El Xurés
La Baixa Limia guarda uno de los grandes tesoros de la provincia, el parque natural Serra do Xurés. Un espacio en plena naturaleza en la que conviven los paisajes graníticos de montaña con cientos de ejemplares de árboles que esconden sorprendentes cascadas de agua clara en las que refrescarse cuando hace calor. A lo largo de la ruta de senderismo que permite descubrirla en profundidad uno se puede encontrar con las cabañas en las que se refugiaban en el pasado los ganaderos y disfrutar de diferentes especies de animales.
Junto al balneario del río Caldo, en Lobios, arranca una ruta circular de dificultad media-alta que se puede completar en casi cuatro horas. Una calzada romana permitirá remontar el río Caldo hasta llegar a la sorprendente cascada Corga da Fecha". No será la única poza natural que se puede ver durante la ruta, que sorprende por sus increíbles vistas.
Souto de Rozavales
En Manzaneda nos encontramos con el Souto de Rozavales, un bosque que guarda entre sus ramas el "Castiñeiro de Pumbariños". Este ejemplar suma más de mil años y ha sido declarado monumento natural. Se puede llegar a él con una ruta de poco más de 2 kilómetros y dificultad baja. El camino arranca desde la conocida como "porta da vila" y te hará pasar entre castaños centenarios.
