En 1956 nacía en Seixalbo una experiencia educativa que se extendería por el mundo: Benposta. Cincuenta y seis años después, un homenaje a su fundador, Jesús Silva, busca prender la mecha para recuperar su esencia.

En busca del espíritu de Benposta

El globo de Benposta es uno de los iconos de la Ciudad de los Muchachos. (Foto: JOSÉ PAZ)
Benposta revivirá hoy. Lo hará con un homenaje a su fundador, el Padre Silva, que empezará a las 12 del mediodía en la Praza Maior y continuará en el recinto de Seixalbo, en un espectáculo en el que no faltarán el circo, la música ni los niños -habrá juegos infantiles-. En definitiva, un guiño no sólo al sacerdote, fallecido hace un año, sino también a la esencia de aquella Benposta por la que se calcula que pasaron 50.000 'muchachos' desde su fundación, en 1956.
Pero más allá del acto de hoy, recuperar Benposta es el objetivo de la Asociación Cultural Padre Silva, la Fundación Ciudad de los Muchachos y muchas otras personas, benposteñas o no, que están en sintonía con aquel espíritu. 'No queremos que sea igual. Creo que tuvo problemas para adaptarse a los tiempos, por lo que no se trata de revivir aquella Benposta, puesto que la sociedad no es igual que entonces', señala Bartolomé Pidal, presidente de la Asociación Cultural Padre Silva. Sin embargo, Pidal opina que 'muchos de los valores que tenía son 'perfectamente recuperables e interesantes'. Para él, aunque 'Benposta en sí misma es un parque temático: una ciudad con banco, televisión... Es muy interesante verla, nosotros lo que queremos es revivir su espíritu, la parte inmaterial'.

Así, para conseguir volver a dotar de vida a unas instalaciones en las que hoy vive un grupo de 10 muchachos, el colectivo tiene claro que es fundamental 'la participación de la ciudad y también de las instituciones. El Concello es una pieza clave en la definición de este proyecto y debe implicarse', dice Pidal, que considera que 'en los próximos años se va a hacer justicia acerca del papel que ha tenido esta experiencia, poco valorada hasta el momento'.

De esta forma, paso a paso, se espera que el proyecto vuelva a 'encontrar la complicidad y el apoyo de los jóvenes. Queremos facilitar espacios a los grupos de música para ensayar, realizar talleres y aprovecharlos para el coworking (un lugar de trabajo común) porque el cura fue un emprendedor, un gran lanzador de ideas, aunque luego tuvo malos administradores', asegura Pidal.

Asimismo, uno de los pilares de Benposta, el circo -en marcha desde 1966-, también está en el punto de mira de este colectivo, que se propone crear una escuela para mantener esa cultura circense. 'Hay interés en algún país de fuera de Europa y América en recuperar el espectáculo de los muchachos, por lo que es posible que de aquía un año haya novedades', explica el presidente de la asociación. La idea es reformular e integrar la parte artística y acercarla al terreno educativo.

La vinculación con el audiovisual, mediante la Escuela de Imagen y Sonido y la propia televisión, es otro de los aspectos que se buscará recuperar, además de continuar con el apoyo a las experiencias benposteñas que siguen siendo una realidad en lugares como Colombia, Madrid o Venezuela.

El homenaje de hoy será un paso más para que Benposta pueda recuperar su esencia: contribuir a transformar el mundo, aunque pueda dejar atrás otras de sus marcas de la casa, como el sistema de autogobierno o su moneda, la corona.

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