La pérdida progresiva de población y su envejecimiento llevan aparejadas consecuencias sociales, económicas y políticas

Cada vez menos y más mayores

Año a año, la provincia pierde habitantes y, con ellos, peso económico y político. En la actualidad viven en Ourense 75.240 personas menos que en 1981. Así, 58 de los 92 concellos ourensanos tienen menos de 2.000 habitantes, lo que supone para ellos una disminución de los ingresos que reciben por parte del Estado. Paralelamente, el envejecimiento poblacional se convierte en uno de los principales factores a tener en cuenta en la planificación social de la provincia. La demanda de residencias y centros para la tercera edad y la escasez de niños hace que en muchos lugares las antiguas escuelas hayan dejado paso a geriátricos.
El 1 de enero de 2008 vivían en la provincia 336.099 personas, 827 menos que el año anterior. Lo que a priori no es más que un dato estadístico, que sitúa a Ourense y Zamora como las únicas provincias españolas que pierden habitantes, es en realidad un factor que lleva apa rejado el envejecimiento poblacional y que tiene un importante número de consecuencias sociales, económicas y políticas.

Menos ediles e ingresos


En las últimas elecciones municipales, en marzo de 2007, los ourensanos eligieron 52 concejales menos que en 1995. La reducción del número de ediles afectó a un total de 26 municipios y tuvo como consecuencia fundamental un descenso de fondos difícil de cuantificar. Y es que menos concejales es sinónimo de bajón en la población y esto, a su vez, una disminución significativa de los ingresos que obtienen los concellos en la participación en los tributos del Estado. Caso emblemático es el de Xinzo de Limia, que poco antes de aquellos comicios estaba a dos habitantes de alcanzar los 10.001. Con esta población, el concello ganaría cuatro ediles y alrededor de 360.000 euros más para las arcas municipales.

‘Islas’ poblacionales


77.281 ourensanos viven en municipios con menos de 2.000 habitantes y, de ellos, casi 8.900 lo hacen en 12 concellos que no llegan ni siquiera al millar de personas. El resto se reparte en otros 46 municipios, muchos de los cuales ven cómo año a año siguen perdiendo población, siendo el número de habitantes fundamental en el reparto de fondos estatales. Además, la pérdida de vecinos hace que cada vez sea más costoso para los pequeños concellos continuar manteniendo determinados servicios básicos.

Pérdida de peso político


La caída demográfica podría tener sus consecuencias políticas en el hipotético caso de una reforma de la ley electoral que ajustase el reparto de escaños a la población. Hasta el momento, en el Parlamento de Galicia cada provincia cuenta con un mínimo de 10 escaños, a partir de los cuales el resto se reparten en función de la población. De cambiar la ley, la provincia podría perder entre uno y dos diputados. La Xunta ya se planteó esta reforma en 2005, aunque finalmente el proyecto quedó, al menos de momento, paralizado. A nivel provincial, la distribución de los escaños de la Diputación también varió en las últimas municipales por la reducción de los habitantes. Así, O Ribeiro ganó un diputado que perdió Monterrei.

Pensión y cotización


Más de 81.300 ourensanos superan los 65 años. Según el INSS en Ourense, 55.967 mayores de esta edad cobran una pensión de jubilación, a las que habría que añadir las pensiones de viudedad de este colectivo, 22.607. La misma institución contabilizaba hasta el pasado mes de noviembre un total de 110.320 afiliados a la Seguridad Social en la provincia. Incluyendo a otros sectores de la población, 109.400 ourensanos cobran una pensión.

Geriátricos por colegios


El empujón de alumnos de Infantil en la ciudad y Barbadás, con un aumento del 10%, consiguió incrementar ligeramente el número de alumnos que este año cursan Infantil y Primaria, llegando a los 18.476. Aun así, la escasez de alumnos obligó a Educación a cerrar tres centros del rural ourensano, en Beade, Chandrexa de Queixa y Lobeira. Las instalaciones de este último colegio, que en los 70 llegó a contar con 193 estudiantes, podrían albergar un centro para la tercera edad.

Los pocos alumnos del primer ciclo de Secundaria en Cortegada fue la causa de su traslado al Instituto de Ribadavia.

Más gasto sanitario


El envejecimiento de la población lleva aparejado un importante incremento del gasto sanitario, ya que al aumentar la edad sube la incidencia de determinadas patologías.

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