El centro comercial, un refugio contra el calor más agobiante

photo_camera Los ourensanos buscaron ayer el “fresco” del centro comercial Ponte Vella. (MIGUEL ÁNGEL)

Sus visitantes lo reconocen: “Acabamos la compra hace 20 minutos, pero seguimos dando vueltas”

Ante las altas temperaturas que padece Ourense, los centros comerciales se han erigido como “guarida” para muchos. Durante el mediodía de ayer, mientras en el exterior los termómetros marcaban 37 grados, en el Centro Comercial Ponte Vella este valor se reducía hasta los 24,9, y una pantalla informativa señalaba los 27 en el interior de las instalaciones de Carrefour. Así se explica que Pablo Navares y sus amigos lleven un mes intercalando piscinas como las de Castrelo con los grandes espacios comerciales con aire acondicionado. 

En el Ponte Vella se repite el mismo fenómeno. Omar Domínguez, al trabajar como repartidor, es testigo de que “la gente viene aquí a refugiarse, también cuando llueve. El fin de semana son algo menos, porque marchan a la playa o al pueblo”. Les observa “dando paseos, mirando escaparates, volviéndolos a mirar... Saben más de lo que hay expuesto que los propios vendedores”, asegura. 

Pablo Navares y sus amigos, ayer en el Carrefour.

Miguel Castro acudió ayer al centro comercial para pasar la mañana. “Al hacer tanto calor, vinimos en busca de un sitio fresquito, y ya nos quedamos a comer”, explica. Las terrazas se llenan: desde locales como Mediterranean Buffet reconocen que la ola de calor está trayéndoles clientes, sobre todo durante los días laborables. 

Johanna Baricot y su familia tenían compras pendientes y decidieron acudir al centro comercial porque “con este calor, se hace más llevadero. Al principio habíamos pensado en dar un paseo por el centro, pero lo descartamos porque el clima no lo permite. Ya acabamos las compras hace 20 minutos, pero seguimos dando vueltas. No queremos salir”, reconoce. Y tanto paseo acabó repercutiendo en el comercio local: “Veníamos por una camiseta y terminamos comprando hasta un juguete”. 


Las temperaturas dan un respiro: ya descienden a ritmo de un grado diario


La influencia de la masa de aire cálido procedente del norte de África llegó ayer a su punto álgido, con el sur de la provincia (la cuenca del Miño incluida), en aviso amarillo por altas temperaturas. En la ciudad se alcanzaron unas máximas de 38,9 grados y unas mínimas, también elevadas, de 16 grados. No obstante, a partir de hoy cambia la tendencia y se inicia un progresivo descenso del calor. MeteoGalicia estima que en la última jornada de la semana no se alcanzarán en ningún momento los 34 grados. Los científicos esperan que, al menos durante los siguientes tres días, tanto las mínimas como las máximas de la ciudad se reduzcan en aproximadamente un grado por jornada. Por otro lado, continúan sin hacer acto de presencia el viento y las nubes.  

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