Los colectivos vecinales consideran que es el momento de una reacción social a la ‘grave’ situación

Los ciudadanos aplauden la creación de una plataforma activa para evitar la despoblación

La plataforma pro Campus pidió en la calle más titulaciones para Ourense, en 1998. (Foto: Archivo)
¿Debe reaccionar la sociedad ourensana para reclamar medidas que frenen la despoblación que actualmente padece la provincia? Los colectivos vecinales opinan que sí, mirándose en los espejos de plataformas como las llevadas a cabo en Teruel y Soria, surgidas hace unos años. La propia ciudad logró así el Campus y la UNED.
Hace aproximadamente una década, la plataforma ‘Teruel existe’ colocó en la agenda política las necesidades de esta provincia, que presentaba entonces un déficit de infraestructuras y empleo que llevaba aparejada la pérdida progresiva de la población. Su ejemplo sirvió también para poner en marcha el colectivo ‘Soria ya’, con las mismas pretensiones que la anterior en cuanto a las necesidades de mejora de la provincia castellana. Los resultados de ambas movilizaciones han sido desiguales, aunque en los dos casos sus integrantes consideran que ha habido ‘un antes y un después de la plataforma en el devenir de la provincia, aunque también es cierto que ha habido muchas promesas pero pocos cumplimientos’, explica Gregorio Alonso, de ‘Soria ya’.

Lo que sí han logrado ambas provincias, de momento, es frenar la caída anual de población -’un drama mayúsculo’ en Soria, según Alonso-, y uno de los problemas más acuciantes de Ourense. ¿Es el momento de plantear un movimiento ciudadano para reivindicar medidas que palíen esa caída poblacional y mejoren los indicadores de la provincia? Miguel Doval, de ‘Anacos da Cidade’, cree que sí. ‘Pienso que se necesita ese tipo de movimientos y muchos más, dado que el tema es grave porque la tendencia es la baja, a la despoblación total’, señala, añadiendo que ‘estaría dispuesto a cualquier tipo de movilización’. De una idea parecida es Manuel Lorenzo, actual presidente de la comisión de asuntos sociales de la federación de vecinos ‘Limiar’. Para él, ‘yo creo que sí que es el momento de realizar plataformas de este tipo porque los pueblos se están quedando sin gente’. Piensa que una plataforma ‘es una buena idea y creo que Limiar la apoyaría, aunque claro, estoy hablando a nivel personal’.

Los precedentes

La provincia tiene experiencia en los movimientos reivindicativos, incluso anteriores a los de Teruel y Soria. En las últimas décadas se han podido contabilizar hasta seis plataformas ciudadanas, cuatro de las cuales murieron sin resultados. Sin embargo, la movilización ciudadana tuvo dos grandes éxitos a finales de los 80 y principios de los 90: la creación y mejora del Campus universitario y una sede propia para la UNED. Así lo recuerda Etelvino Blanco, secretario comarcal de la CIG, que cree que aún no es el momento de poner en marcha otra, pero que ‘se a situación segue indo polo camiño que vai a poboación ourensá non terá máis remedio que saír á rúa. Antes da emigración, débese defender o dereito a permanecer na nosa terra cun posto de traballo’.

Resultados de la conciencia social

Antes de ‘Teruel existe’ no había en la provincia aragonesa ni UVIs móviles ni helicópteros para el transporte sanitario. Con esta plataforma, las obras de la autovía (Valencia-Zaragoza) se agilizaron y el servicio ferroviario mejoró. El campus universitario fue otro de sus caballos de batalla y lo lograron ‘aunque no como nos gustaría’, señala Miguel Ángel Fortea, miembro de la plataforma. Según explica, otra de las ventajas del movi miento es que ‘se ha dado a conocer Teruel y se ha incrementado el turismo’. También aumentó la llegada de inmigrantes, de forma que la provincia vive hoy un repunte de población que ‘esperemos no sea sólo flor de un día’.

El balance de ‘Soria ya’ es que ‘se ha avanzado y dado un empujón a la conciencia ciudadana, que es difícil. Al ver que no se consiguen las aspiraciones, la gente se echa para atrás’, apunta Gregorio Alonso. Aun así, añade que muchos de los compromisos de los gobernantes con respecto a sus reivindicaciones se han quedado en eso, en promesas. En ambos movimientos, el paso del tiempo ha hecho mella, si bien ambas plataformas siguen todavía con vida y orientando sus reivindicaciones de otra manera. ‘Ahora elaboramos más documentos porque ya hemos hecho manifestaciones de todo tipo’, dice Fortea.


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