La pérdida de población afecta a todas las actividades sociales. Aquí hemos resumido datos de infinidad de indicadores que demuestran cómo limita nuestra capacidad de
desarrollo. No hay sector económico que se salve, tampoco las autoescuelas, como demuestra una información de La Región.
Cada vez hay menos jóvenes, por lo tanto cada vez hay menos candidatos a sacarse el carné de conducir. Eso comporta que las autoescuelas pasen por una situación muy
compleja, también porque cada vez hay menos profesionales dispuestos a trabajar en un negocio que va a trancas y barrancas.
Detrás del hecho poblacional también hay algunas otras conclusiones. Una de ellas, que los jóvenes tienen ahora otras prioridades antes de obtener el permiso de conducción. Si antes era un signo de independencia, incluso de madurez, ponerse al volante desde los 18 años, ahora esa prioridad se ha disipado.
La mejoría en el transporte público, las dificultades económicas para pagar el carné, la incertidumbre sobre el modelo de vida que se quiere llevar son otros apuntes que se
pueden añadir. Sea como fuere, está claro que también están quedando para el recuerdo los coches de las autoescuelas y la famosa letra L en el parabrisas trasero de los novatos. Los tiempos cambian, sin más.