La última Encuesta de Población Activa (EPA) ofrece un panorama laboral casi idílico, con cifras de paro desconocidas también en la provincia. Como suele ser costumbre, la hostelería y el resto del sector servicios son los que tiran del empleo, pero también los primeros que los mandan al paro cuando las cosas se tuercen.
Es importante, de todas formas, reparar en algunas contradicciones a la luz de estos datos y los conocidos hace algunas semanas. Se refieren a los umbrales de pobreza, las dificultades para llegar a fin de mes y la cantidad de personas que buscan la beneficencia en las instituciones al uso.
Eso nos puede llevar a pensar que el trabajador, aunque feliz por tener un empleo que le permita estar ocupado, no cobra lo suficiente como para vivir con dignidad o cierta holgura. Porque, como queda dicho, una cosa es trabajar y otra percibir lo suficiente y la EPA no siempre repara en este tipo de conceptos. Se suele quedar en el trazo grueso, no en el ajuste fino. En todo caso, buenos datos de paro y ocupación, sin paliativos.