El Concello de Ourense ha tramitado hasta 438 expedientes en los últimos tres años y medio (una media de 10 al mes) por el mal estado de edificios, tanto los que están en estado ruinoso y sin medidas de protección como aquellos de los que se han desprendido cascotes o elementos de la fachada debido también a deficiencias en su estado de conservación.
La inspección de la Policía Local, de oficio o a instancia de denuncias de particulares o entidades, anota desprendimientos en casas de toda la ciudad pero también en edificios protegidos y catalogados, con el fin de garantizar su permanencia y evitar que supongan un peligro para los viandantes o para sus propietarios.
El último caso, el del edificio Torre -el inmueble catalogado con un grado de protección integral, construido en 1958 y prácticamente el único ejemplo de arquitectura de vanguardia en Ourense de la década de los años 50 y 60 del siglo XX-, es sólo el último, y con fácil solución si, como aseguraron los propietarios, la comunidad ya contactó con una empresa especializada para reparar la cornisa que embellece la parte superior y exterior del entresuelo, de la que cayeron cascotes a la acera de Curros Enríquez. Con todo, tiene un mes de plazo para presentar el proyecto técnico.
LA CALLE PROGRESO
Pero la agilidad de los propietarios a la hora de afrontar medidas de seguridad o reparaciones de inmuebles no es tan habitual. La concejala de Urbanismo, Aurea Soto, recuerda como en el año 2010 envió un listado de requerimientos a dueños de edificios en la calle Progreso sin conseguir más que unas pocas medidas tendentes a evitar que cayesen elementos sobre la vía pública. Hay expedientes aún en curso, de ahí que los resultados aún no sean satisfactorios, y órdenes de ejecución de la Concejalía pero la lucha con los propietarios es 'ardua y lenta', reconoce, sobre todo cuando les toca, a los dueños, afrontar un gasto económico para garantizar el estado de su propiedad ruinosa.
Porque la calle Progreso de la ciudad, que acumula un importante número de ejemplos de arquitectura civil moderna y algunos en estado preocupante de abandono, es una de las más recurrentes cuando se trata de expedientar el mal estado de sus estructuras o fachadas; sólo en 2010 se tramitaron 14 expedientes de ese tipo en otros tantos edificios, y alguno -el número 23, por ejemplo- todavía repitió expediente este mismo año, siempre por el mal estado de su fachada.
Con todo, en el último año las denuncias por deficiencias en los inmuebles llegaron a la avenida de Buenos Aires y de As Caldas, calles de Xunqueira de Espadañedo, Manuel Pereira, Marcelo Macías, Concejo, avenida de Portugal, Parada Justel, Xan de Nóvoa o Ribeira de Canedo. Y, por supuesto, en el casco histórico de Ourense, pese a la intensa rehabilitación realizada en los últimos 12 años al amparo del PERI de la ciudad monumental y de las líneas de financiación europea para la conservación de cascos antiguos. En este año, todavía se tramitan denuncias por desprendimientos de cascotes de fachadas y de mal estado de edificios en las calles Hernán Cortés, Pizarro o Pelayo. Porque la parte más meridional del casco antiguo aún hay bastante rehabilitación pendiente. Ahora, la crisis económica no favorece las reparaciones.
En realidad, en los primeros siete meses de este año, se han incoado 84 expedientes a propietarios de edificios en mal estado, más de los que se iniciaron en todo el año 2010, que no llegaron a 70 (67 exactamente). Ya en 2011, Policía Local y Concejalía de Urbanismo optaron por realizar controles más exhaustivos y la lista de expedientes tramitados subió 184 y el año siguiente, 2012, bajaron ligeramente, quedando en 103.
El último caso, el del edificio Torre -el inmueble catalogado con un grado de protección integral, construido en 1958 y prácticamente el único ejemplo de arquitectura de vanguardia en Ourense de la década de los años 50 y 60 del siglo XX-, es sólo el último, y con fácil solución si, como aseguraron los propietarios, la comunidad ya contactó con una empresa especializada para reparar la cornisa que embellece la parte superior y exterior del entresuelo, de la que cayeron cascotes a la acera de Curros Enríquez. Con todo, tiene un mes de plazo para presentar el proyecto técnico.
LA CALLE PROGRESO
Pero la agilidad de los propietarios a la hora de afrontar medidas de seguridad o reparaciones de inmuebles no es tan habitual. La concejala de Urbanismo, Aurea Soto, recuerda como en el año 2010 envió un listado de requerimientos a dueños de edificios en la calle Progreso sin conseguir más que unas pocas medidas tendentes a evitar que cayesen elementos sobre la vía pública. Hay expedientes aún en curso, de ahí que los resultados aún no sean satisfactorios, y órdenes de ejecución de la Concejalía pero la lucha con los propietarios es 'ardua y lenta', reconoce, sobre todo cuando les toca, a los dueños, afrontar un gasto económico para garantizar el estado de su propiedad ruinosa.
Porque la calle Progreso de la ciudad, que acumula un importante número de ejemplos de arquitectura civil moderna y algunos en estado preocupante de abandono, es una de las más recurrentes cuando se trata de expedientar el mal estado de sus estructuras o fachadas; sólo en 2010 se tramitaron 14 expedientes de ese tipo en otros tantos edificios, y alguno -el número 23, por ejemplo- todavía repitió expediente este mismo año, siempre por el mal estado de su fachada.
Con todo, en el último año las denuncias por deficiencias en los inmuebles llegaron a la avenida de Buenos Aires y de As Caldas, calles de Xunqueira de Espadañedo, Manuel Pereira, Marcelo Macías, Concejo, avenida de Portugal, Parada Justel, Xan de Nóvoa o Ribeira de Canedo. Y, por supuesto, en el casco histórico de Ourense, pese a la intensa rehabilitación realizada en los últimos 12 años al amparo del PERI de la ciudad monumental y de las líneas de financiación europea para la conservación de cascos antiguos. En este año, todavía se tramitan denuncias por desprendimientos de cascotes de fachadas y de mal estado de edificios en las calles Hernán Cortés, Pizarro o Pelayo. Porque la parte más meridional del casco antiguo aún hay bastante rehabilitación pendiente. Ahora, la crisis económica no favorece las reparaciones.
En realidad, en los primeros siete meses de este año, se han incoado 84 expedientes a propietarios de edificios en mal estado, más de los que se iniciaron en todo el año 2010, que no llegaron a 70 (67 exactamente). Ya en 2011, Policía Local y Concejalía de Urbanismo optaron por realizar controles más exhaustivos y la lista de expedientes tramitados subió 184 y el año siguiente, 2012, bajaron ligeramente, quedando en 103.
