El Concello de Ourense externaliza ya casi el 40% del gasto público

La forma de afrontar la prestación de servicios públicos en el Concello de Ourense está tendiendo cada vez más a dejar la responsabilidad en empresas. La cuenta general del 2020 aprobada recientemente en pleno refleja que de los 85 millones consignados para costear los servicios, un total de 32,8 millones han ido a parar a manos privadas, una cantidad que no ha dejado de crecer en los últimos ejercicios, ya que en 2017 fueron unos 25 millones. Este incremento se entiende por la decisión de aprobar, en su momento, regímenes de concesión para prestar servicios a la ciudadanía, cuyo coste suele incrementarse cada año en función de indicadores como el IPC. Así, buena parte de ese desembolso tiene que ver, por ejemplo, con concesiones como la de limpieza viaria y recogida de basura, que supuso liberar cerca de 12 millones de euros. También el transporte urbano supone un importante esfuerzo para el Concello, con un importe abonado a la concesionaria de 6,7 millones, cifra superior a la que se abona por el abastecimiento y saneamiento, que roza los cinco millones. El control y gestión de tráfico o la conservación de parques y jardines son otros de los servicios en los que la administración delega en la empresa privada. Este “modus operandi” ha generado periódicamente en los últimos años el debate sobre la rentabilidad de optar por la vía de la externalización o, en su defecto, tratar de municipalizar la gestión. La gestión del ciclo del agua, una de las concesiones en precario, ha sido una en la que se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de cambiar el modelo, aunque todo parece indicar que nada cambiará. Otras claves Más allá del gasto externalizado, en aquellos servicios que se prestan directamente sin intermediarios son las nóminas al funcionariado del Concello las que suponen la otra gran parte del pastel, al suponer en 2020 un desembolso superior a los 30 millones. Así, por ejemplo, sostener la plantilla de la Policía Local requiere en sueldos algo más de 5,3 millones de euros, mientras que en lo que se refiere al servicio de extinción de incendios, la cifra se reduce a los 2,2 millones. En servicios como el abastecimiento y saneamiento, además del dinero que recibe la concesionaria, hay personal municipal también implicado en esta labor, cuyas nóminas superan el millón de euros anual, cifra similar a los operarios de las brigadas y del área de Parques y Jardines. En promoción social, los salarios representan casi 2,3 millones. La cuenta general del Concello desvela también que el gasto en alquileres rozó los 195.000 euros, mientras que hacer frente al suministro eléctrico requirió algo más de 3,1 millones. El gobierno local apenas ejecutó en 2020 la mitad del gasto consignado Los indicadores presupuestarios recogidos en la cuenta general del Concello correspondientes al 2020 reflejan que el grado de ejecución del presupuesto de gastos apenas superó el 51% en ese ejercicio, lo que quiere decir que prácticamente la mitad del dinero consignado en las diferentes partidas no se materializaron. El esfuerzo inversor para mejorar la ciudad apenas supuso el 5,4% del presupuesto total, por lo que la inversión por habitante solo alcanzó los 50 euros, recoge el documento contable elaborado por el área económica y validado en pleno por la Corporación. Ese bajo nivel de ejecución fue uno de los factores que explican el elevado remanente de tesorería que se acumuló en el consistorio, que en el pasado ejercicio fue liberado en su totalidad por el gobierno municipal, primero con la macromodificación de crédito por importe de 62 millones y, a continuación, con el dinero previsto para una nueva tanda de ayudas a la hostelería, después de que en 2020 solo se gastasen ocho de los 20 millones anunciados. Queda por ver, sin embargo, el grado de ejecución que el gobierno local alcanzó en 2021 pese a disponer de una gran cantidad de fondos, dado que hasta el momento no se han desbloqueado la mayoría de los proyectos anunciados, activándose únicamente obras como la de Concordia o la compra de los autobuses para renovar la vetusta flota.