El Concello de Ourense presenta batalla para conservar en su integridad la subvención del Gobierno central para la reforma integral de la Plaza de Abastos número 1 o, al menos, no tener que devolver los más de 1,4 millones que el Ministerio de Transportes le reclama (1,2 millones de la anualidad de la subvención y 226.000 euros de intereses de demora), sino solo el 20% que no podría justificar en el plazo fijado por el Ejecutivo como límite, el 7 de enero del presente año.
Es la conclusión del escrito firmado por el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, en respuesta a los requerimientos del Ministerio de Transportes del 4 y 12 de febrero en los que se indicaba que el Concello había incumplido los plazos de justificación de la subvención con cargo al 1,5% cultural.
La visión del consistorio es radicalmente distinta, apoyándose en las certificaciones de obra aprobadas hasta enero –que fijan que se ejecutaron un total de 949.324,84 euros– y en un "cambio de criterio" del Gobierno central que, a juicio de los técnicos municipales, "nos resulta especialmente perjudicial". Señala el Concello, sobre esto, que las prórrogas de la subvención se habían concedido "sin problema alguno y ahora, con las obras abonadas y varias certificaciones con cargo a la subvención, se decide no concedernos la que sería la última, frustrando así la ayuda". El informe de alegaciones recoge, también, la valoración de que la decisión adoptada por el Ministerio de Transportes es "desproporcionada".
Recuerda el escrito que hubo "causas objetivas que dificultaron el desarrollo de la obra", como el estado de alarma y un problema de okupas. Se adjunta también un informe de la arquitecta municipal Elvira Carregado en el que señala que el Concello "hizo un esfuerzo y solicitó a la empresa que no paralizase las obras para intentar avanzar aunque fuese lentamente, asegurando que "no existió negligencia alguna en el retraso producido", desmintiendo así al Ministerio cuando aseguró que el Concello no comunicó el reinicio de la reforma. "Nunca estuvo parada", dicen las alegaciones.
Por ello, el objetivo es que el Gobierno central acepte los argumentos municipales y amplíe en cuatro meses (hasta mayo) el plazo para justificar la subvención "por concurrir circunstancias extraordinarias e imprevisibles".
Pese a que el Concello considera "improbable" que no se acepte esa petición, solicita en un segundo epígrafe que, al menos, se pueda conservar los casi 950.000 euros de la obra justificados, lo que supondría perder solo el 20% de la anualidad que se le reclama.
Los comerciantes, contentos con San José, insisten en mantener el festivo
La asociación de comerciantes de la Plaza de Abastos hacía ayer un balance muy positivo de la campaña de ventas por el día de San José, atribuyéndolo a su declaración como jornada festiva, pero también a la reapertura de la hostelería tras las restricciones por la pandemia.
"La recuperación se ha dejado notar durante toda la semana con el aumento de envíos a domicilio y encargos, no solo en la alimentación, sino floristas, joyeros y hosteleros también han sido beneficiarios del repunte", señalan los placeros, que retoman su vieja reivindicación de mantener como festivo de manera permanente el día 19 de marzo.
"Esto confirma la firme convicción que tienen desde la Plaza en que un festivo permanente mejoraría aún más los datos y la repercusión del pequeño comercio de proximidad, muy tocado por la pandemia", indican desde la asociación, trasladando que la Confederación de Mercados Tradicionales de España ha corroborado que el efecto positivo se nota en las siete comunidades en los que el Día del Padre es festivo siempre.
"Este festivo posiblemente haya salvado el mes a muchos comerciantes después de la suspensión de los carnavales. Los ourensanos confían en nuestros productos para las celebraciones familiares", dicen desde la asociación de comerciantes, entendiendo que "este tipo de apuestas son las que generan crecimiento y favorecen el comercio local".
