El laboratorio de la Confederación Hidrográfica evalúa miles de parámetros de garantía de calidad

El control de Miño y Sil exige analizar 2.100 muestras al año

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil dispone de un laboratorio 'responsable del análisis de todas las muestras tomadas en su cuenca, desde Ponferrada y el Bierzo, hasta al sur de Pontevedra, pasando por toda la provincia de Ourense', señala Xoán Carlos Nóvoa, comisario de aguas de la Confederación. El laboratorio tiene capacidad para analizar hasta 160 parámetros distintos, 'acreditados tanto para aguas continentales como para vertidos', subraya Icíar Vadillo, jefa de sección de Análisis y calidad de aguas. Sólo cuando se trata de determinados tipos de hidrocarburos y detergentes, las muestras se reenvías a otro labor
El laboratorio tiene capacidad para analizar hasta 160 parámetros distintos, 'acreditados tanto para aguas continentales como para vertidos', subraya Icíar Vadillo, jefa de sección de Análisis y calidad de aguas. Sólo cuando se trata de determinados tipos de hidrocarburos y detergentes, las muestras se reenvías a otro laboratorio. El pasado año 'analizamos 2.103 muestras (de calidad, de control, de vertidos, de estudio...) y un total de 63.776 parámetros', detalla Diego Fompedriña, jefe de servicio de Control de calidad de aguas. El año anterior habían sido 1.323 y en 2007, 1.282 las muestras que pasaron por la Confederación. 'Cada año analizamos más porque la directiva europea exige más exhaustividad y también porque aumentan los exámenes de muestras de vertidos, los estudios de calidad, etcétera', explica.

Pero, ¿cómo opera un laboratorio? Las tomas de muestras de agua o vertidos son realizados o por la guardería de la Confederación o por los agentes del Seprona. 'Cuando llegan a aquí, no se analizan sin más: se procesan, se codifican, hay un trabajo de tratamiento previo al análisis. Dependiendo de las muestras, hay que almacenarlas durante días. Para cada parámetro -resume Diego Fompedriña- existe un procedimiento'. Antes de someter a evaluación la calidad del agua, se debe concretar qué parámetros se van a examinar.

Cuando se detecta un vertido aparentemente tóxico en el río, la guardería toma muestras en el punto donde se advierte, 'pero también aguas arriba y aguas abajo, para valorar la incidencia', explica el jefe de servicio de Calidad de aguas. Las muestras se llevan inmediatamente al laboratorio, donde la experiencia previa, la industria que ha podido causarlo, el tipo de polígono industrial próximo, 'nos ayudan a determinar los parámetros en que conviene centrarse'. Xoán Carlos Nóvoa enfatiza que 'la misión principal, cuando hay vertidos, es controlar si se hallan o no en las mediciones permitidas. Cada vertido tienen un control, una autorización, y si se rebasan los parámetros, se sanciona'. Porque los vertidos 'no se deben asociar a accidentes de contaminación. En algunos núcleos urbanos se producen continuamente, son legales y hay que comprobar su nivel. No existe el vertido cero, pero sí el control máximo', zanja el comisario. 'Es casi imposible que se produzca un problema, un fallo en nuestros instrumentos de control de calidad, y que no salte la alerta',añade Alberto Bueres, de la sección de Análisis y calidad.

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