Y van tres. La Corporación municipal de Ourense ha decidido, en su última junta de portavoces, disfrutar de su tercer puente festivo consecutivo y aplazar, una vez más, el pleno previsto para el primer viernes de mes. A pesar de las reticencias del alcalde, Francisco Rodríguez, la conciliación laboral y familiar es la causa que esgrimen los concejales.
El sueño de muchos trabajadores sería poder elegir los días que van a trabajar, independientemente de que una lotería o una herencia inesperada inspire el ansiado deseo de retirarse a vivir de rentas. Pues ese sueño se puede convertir en realidad en el caso del Concello de Ourense.
Sabido es por todos aquellos asiduos a los plenos municipales que estas sesiones ordinarias están fijadas para cada primer viernes de mes. No obstante, existen ciertos casos en los que acudir a las diez de la mañana al salón de plenos para permanecer allí varias horas da más pereza que de costumbre. Y es que los puentes festivos son una bendición para quien puede disfrutar de ellos, alargando así el fin de semana.
Esto es, precisamente, lo que ha sucedido en los últimos tres meses en el Concello. Ya en el pleno del 7 octubre, el alcalde, Francisco Rodríguez, anunciaba que la sesión de noviembre (prevista para el día 2) se aplazaba para el día 9, salvaguardando así, aunque sin esgrimirlo como razón, el puente de Todos los Santos. Después de este cambio, se sucedió al mes siguiente un nuevo aplazamiento para el día 14, una semana más tarde del puente de la Constitución y la Inmaculada. Y para rematar el cómputo, el pleno previsto para hoy se desarrollará finalmente el próximo viernes día 11.
La decisión de este último cambio se adoptó en la junta de portavoces preparativa del pleno, a petición de BNG, PP y PSOE (en este orden, según el grupo de gobierno), a pesar de las reticencias del alcalde, Francisco Rodríguez, que quería mantener la fecha prevista del calendario oficial. La razón, al parecer, no es otra más que conciliar la vida familiar y laboral, dado que los concejales con hijos querían disfrutar de esta semana previa a la noche de Reyes.
Propuesta aceptada
No obstante, ningún grupo ha querido liderar la propuesta, afirmando que a nosotros nos lo propusieron y aceptamos. Echando balones fuera, como se suele decir. Aunque el PP matiza: En los últimos 12 años esto no había pasado nunca.
Sabido es por todos aquellos asiduos a los plenos municipales que estas sesiones ordinarias están fijadas para cada primer viernes de mes. No obstante, existen ciertos casos en los que acudir a las diez de la mañana al salón de plenos para permanecer allí varias horas da más pereza que de costumbre. Y es que los puentes festivos son una bendición para quien puede disfrutar de ellos, alargando así el fin de semana.
Esto es, precisamente, lo que ha sucedido en los últimos tres meses en el Concello. Ya en el pleno del 7 octubre, el alcalde, Francisco Rodríguez, anunciaba que la sesión de noviembre (prevista para el día 2) se aplazaba para el día 9, salvaguardando así, aunque sin esgrimirlo como razón, el puente de Todos los Santos. Después de este cambio, se sucedió al mes siguiente un nuevo aplazamiento para el día 14, una semana más tarde del puente de la Constitución y la Inmaculada. Y para rematar el cómputo, el pleno previsto para hoy se desarrollará finalmente el próximo viernes día 11.
La decisión de este último cambio se adoptó en la junta de portavoces preparativa del pleno, a petición de BNG, PP y PSOE (en este orden, según el grupo de gobierno), a pesar de las reticencias del alcalde, Francisco Rodríguez, que quería mantener la fecha prevista del calendario oficial. La razón, al parecer, no es otra más que conciliar la vida familiar y laboral, dado que los concejales con hijos querían disfrutar de esta semana previa a la noche de Reyes.
Propuesta aceptada
No obstante, ningún grupo ha querido liderar la propuesta, afirmando que a nosotros nos lo propusieron y aceptamos. Echando balones fuera, como se suele decir. Aunque el PP matiza: En los últimos 12 años esto no había pasado nunca.
