El narcotráfico tiene su propio código, un argot lleno de palabros en los que se puede aludir a 'la niña bonita' obviando el número 15 o 'cortar el césped' sin necesariamente tener una finca o jardín.

'Cortar el césped' sin ir al jardín

Para investigar el tráfico de drogas, la semántica debiera ser una asignatura obligatoria en la Academia de Policía de Ávila. Para los nueve procesados por un delito contra la salud pública que esta semana se sientan en el banquillo de la Audiencia, la cocaína puede ser 'un código siete' o 'la niña bonita', pero nunca cocaína. Y si alguien preguntaba por un 'código ocho', es porque estaba interesado en la disponibilidad de la heroína en el mercado negro.
Pero no sólo a la hora de comprar sustancias estupefacientes se emplea el argot sino también hay que recurrir a sus posibilidades para guardarse las espaldas. Según explicó ayer el inspector que coordinó la investigación, los supuestos miembros del clan, también 'cortaban el césped' aunque no tuvieran jardín (alusión a que esconder la droga y ponerla a buen recaudo por si aparece en escena la Policía). O incluso 'se quedaban en la reserva' sin haber hecho nunca carrera en las fuerzas armadas.

Estas y otras alusiones con segundas intenciones fueron recogidas en las intervenciones telefónicas realizadas desde la Comisaría de As Lagoas en la curso de la operación así como con la lecturas de los mensajes que se intercambiaban entre ellos. Solo el supuesto cabecilla, papel que el fiscal atribuye a Fidel González Nguyen, del clan de los Vietnamitas, no hacía uso del teléfono móvil.

Pero para darles validez jurídica y que pesasen como prueba incriminatoria de cara a una instrucción penal, los investigadores enviaban la transcripción de las cintas con las intervenciones telefónicas acompañadas de un extenso 'glosario' destinado a los neófitos en la materia. 'Creímos conveniente elaborarlo dada la jerga que ellos empleaban, a modo de explicación de lo que querían decir en sus conversaciones', corroboró ayer el policía que dirigió la operación. En este mismo documento, también se transcriben los libros de contabilidad, no demasiado sofisticados, de la organización, esto es, las agendas, notas en hojas de citaciones judiciales y libretas que se incautaron en los registros domiciliarios, plagados de números, letras (alusivas al nombre de comprador) y otras abreviaturas en las que el cliente puede aparecer como deudor.

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