Los robos en propiedades ajenas y hurtos son los responsables del incremento de la criminalidad

La crisis produce un aumento de hasta el ocho por ciento de los delitos en pueblos del rural

Un guardia civil inspecciona una zona boscosa, en O Ribeiro. (Foto: Archivo)
En tiempos convulsos hay una máxima que no tarda en salir: meses de crisis facturan más delincuencia, esa que sumada hace ruido en forma de robos, hurtos, lesiones y malos tratos, principalmente. La Guardia Civil la primera en notarlo ya que constató un 8% más de delitos denunciados en los cuarteles a lo largo del último año.
Hoy en día, la crisis económica global es la diana contra la que todos disparan con dardos de culpabilidad. Y la crisis, cómo no, también ha comenzado a pasar factura a la delincuencia, una tendencia que se apuntaló a partir del verano de 2008 y que, según las previsiones iniciales, se consolidará este mismo año.

Las fuerzas de seguridad aseguran que las infracciones penales en la provincia no son preocupantes (6.498 el pasado ejercicio) pero reconocen que están en guardia, sobre todo teniendo presente que una recesión económica siempre dispara los delitos contra el patrimonio (robos y hurtos, principalmente). Un hecho que aunque no les agrade reconocer resulta totalmente incuestionable.

De hecho, las infracciones penales (delitos y faltas) denunciadas en el conjunto de la provincia subieron en el último año un 2% (en el conjunto de Galicia casi un 1%)), según los datos aportados por Interior.

Estadística

Pero la tasa se eleva al 3,7 por ciento si se contabilizan sólo los delitos (las infracciones más graves) y sube al 8,54% si sólo se tiene en cuenta el ámbito rural, el controlado por la Guardia Civil. Y ello porque aumentaron los delitos que atentan contra la propiedad de manera que el Instituto armado contabilizó un 4,50% más de robos y hurtos en 2008. La oleada de asaltos en casas habitadas de los últimos ocho meses, tanto en pueblos como en los alrededores de la ciudad, es un buen ejemplo de ello. La Guardia Civil no cree que se trate de un único grupo organizado. ‘Los encapuchados que están actuando en distintos puntos de la provincia no son bandas profesionales integradas por ciudadanos extranjeros que acuden en épocas puntuales y se van, sino que son delincuentes comunes a los que le van saliendo imitadores’, aseguran fuentes de ese cuerpo de seguridad.

En los cuarteles, se denunciaron 767 delitos contra el patrimonio durante el año 2008, un dato en el que, según valoran responsables de las fuerzas de seguridad, la crisis deja su impronta. ‘En los ciclos económicos negativos siempre ocurre, pero creemos que aún se notará más’, asegura un mando del instituto armado.

Descenso en la ciudad Aunque en la ciudad la delincuencia disminuyó en el último año (un 1,26%), el comisario Ángel Barrera también reconoce que en periodos de poca bonanza económica a la oficina de denuncias ‘llegan más hurtos en supermercados, centros comerciales, pequeñas estafas..., una delincuencia más ocasional -valora- en la que se ven implicadas personas normales, sin antecedentes’.

Incluso asegura que estos meses se cometen más faltas, sobre todo, de lesiones -’la gente anda más crispada’, dice- y malos tratos en el ámbito familiar. Así, en la última junta de seguridad ciudadana los allí presentes pusieron sobre la mesa el centenar de denuncias tramitadas en el primer trimestre de 2009 (una media de casi una diaria).

Más pleitos por pequeñas cantidades

La recesión económica no sólo entiende de macrocifras o grandes pleitos, esos cuyas repercusiones llegan al juzgado en forma de quiebra de empresas o concursos de acreedores.

Estos últimos se triplicaron en un año: de 10 en 2007 se pasó a 27 en 2008. Los cinco juzgados de primera instancia de la ciudad tramitan más demandas monitorias, procesos especiales encaminados a cobrar impagos de hasta 30.050 euros, por parte, sobre todo, de pequeños empresarios. Muchos de ellos, según fuentes judiciales, están acudiendo a la vía civil para hacer efectivas facturas que en muchos casos no sobrepasan los 80 o 90 euros.

Han aumentado, según dicen, las deudas de inquilinos con comunidades de vecinos, pero también casos que antes apenas se veían por ser cantidades insignificantes. Desde abogados que recurren a estos juicios para cobrar consultas (con minutas bajas) hasta suscripciones a publicaciones de prensa.



Te puede interesar