Cristina Margusino: "Los médicos del rural a veces nos vemos solos ante cualquier urgencia"

La provincia acoge entre hoy y mañana las V Jornadas de Medicina Rural que reunirá a 260 profesionales de todo el país para aprender nuevas técnicas y poner en común sus experiencias en este tipo de entorno. La jefa del servicio de Atención Primaria en Xinzo de Limia, Cristina Margusino, preside el comité organizador de este congreso intregado en la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC). Margusino destaca el papel que ejercen estos profesionales, que muchas veces trabajan solos, y que no deben perder el interés por actualizarse. ¿Qué peso tiene la medicina rural en la provincia? Galicia y especialmente Ourense son zonas eminentemente rurales y muchos médicos trabajamos en estas zonas, una gran parte en municipios con menos de 10.000 habitantes. Que un congreso nacional de la SEMFYC aterrice en la provincia, es importante para toda la población que recibe atención en este entorno. Nos sirve para poner en común los casos que se encuentra cada uno. ¿Cómo se concibe el día a día desde los centros de salud que se encuentran más alejados de los hospitales? Estamos en muchas ocasiones solos el médico y el enfermero, con hospitales que al menos se encuentran a 50 o 60 kilómetros de distancia. Vemos y atendemos a todo tipo de pacientes en cualquier circunstancia. A veces atiendes un ictus en una casa o en medio de un huerto en el que se encontraba trabajando. Estamos solos muchas veces y por eso es importante actualizarse para poder atender cualquier tipo de emergencia. En el congreso trataremos algunos de esos imprevistos e incluso temas como el alcoholismo en el rural o los cuidados al final de la vida. ¿De qué manera logran que sea atractivo desarrollar su profesión en este entorno? Fomentar este tipo de actividades ayudan a ello, al igual que crear equipos con otros profesionales de la misma comarca. De esta manera siempre estarán actualizados en su formación. Es verdad que el trabajo es duro y largo, pero hay que ver el lado positivo. Frente a la soledad laboral, tienen la contrapartida de que el vínculo con los vecinos resulta más cercano. Sí. Atiendes a las familias a lo largo de toda su vida, desde que nacen hasta que mueren. Conoces todo su historial clínico porque los acompañas durante el recorrido. Somos médicos integrales y eso compensa muchas veces la soledad. También es importante fomentar una buena relación con la comunidad a través de los ayuntamientos o de las entidades sociales. Este contacto nos permite conocer las necesidades entre la población y nosotros podemos cubrirlas de alguna manera. Lo que hacemos es una medicina de familia y comunitaria, para la que nos formamos. ¿Es importante la comunicación con el paciente? Es fundamental, especialmente con los Puntos de Atención Continuada de referencia. El contacto con los pacientes es tan estrecho que muchas veces también nos afectan sus pérdidas. Se crean vínculos de muchos años y esto en la ciudad no es lo más común. En los pueblos nos conocemos todos y ya sabes lo que ocurre. Además, la atención va más allá de una dolencia física y te piden consejos sobre los problemas a los que se enfrentan. Eso forma parte de nuestro trabajo. Con nuestra experiencia tratamos de facilitarles la vida. La forma de trabajar en el ámbito rural, ¿ha mejorado durante los últimos años? A las urgencias seguimos yendo en las condiciones más insólitas, pero contamos con más herramientas en consulta. Disponemos de ecógrafos, de dermatoscopios, contamos con una historia clínica unificada para todo el Sergas, tenemos la telemedicina o están en marcha proyectos con Telea. Todo esto hace más atractiva la medicina rural y facilita el trabajo del día a día, con satisfacción por parte de los pacientes. Lo más importante es formarse y no estancarse.