A lo largo de la autovía se contabilizan 75 tramos con algún lugar del asfalto dañado por el incendio de vehículos

Demasiadas arrugas para diez años

Las juntas de dilatación  del viaducto de Allariz presentan este aspecto.
n los 180 kilómetros de la autovía Rías Baixas se pueden observar un total de 35 tramos con alguna zona del asfalto deteriorado por incendios de vehículos.También hay vallas dobladas y desplazadas de su lugar a causa del vuelco de automóviles, animales atropellados y áridos que invaden la calzada después de desprenderse de la ladera de una montaña.
El viernes ninguno de los paneles informáticos que hay en la vía rápida informaban de la niebla reinante en el municipio de Melón, Cenlle, Verín, Monterrei y Riós. ’O alcol é delito’. ’Código Penal en vigor’. Estas eran las frases que se podían leer.

La niebla dejaba escapar una fina llovizna que provocaba que la calzada estuviera resbaladiza. En el municipio de Melón, los conductores que circulan hacia Vigo, para cambiar de sentido, han de acceder a la carretera N-120 y dar la vuelta en Quins para, a través de la N-120, entrar de nuevo a la autovía. Pero el cambio de sentido invita a la confusión debido a la falta de paneles indicativos. Solventada la dificultad, aparecen los primeros socavones. El firme irregular es una constante hasta el túnel de A Canda (A Mezquita), que pone a prueba los amortiguadores de cualquier automóvil.

Surcos en el asfalto

La bajada hasta Ribadavia, en dirección a Ourense, se caracteriza por los gruesos surcos abiertos en el asfalto. Son la prueba de que en la zona se suceden los accidentes pero no hay ninguna señal advirtiendo ni del estado en que está el firme, ni de la niebla ni del hielo ni de ningún otro elemento que pueda derivar en un accidente. ’Los surcos fueron abiertos por hierros de coches tras una colisión’, explicaron en Tráfico.

Eso sí, en una especie de curva aparece el primer radar. El viaducto sobre el río Avia tiene las juntas de dilatación inservibles, igual que en el resto de los que hay en el vial. El automóvil da frecuentes saltos. Finalizado el tramo del puente hay que reducir la velocidad, hasta casi parar, para encontrar la señal que indica el camino a seguir hacia el casco urbano de Ribadavia.

Rebasado el embalse de Castrelo de Miño, aparece el fatídico punto kilométrico 247, donde en los últimos cinco años se registraron 14 accidentes, tres de ellos mortales. Pero no hay vallas protectoras delimitando los dos sentidos de la circulación ni señales advirtiendo de la peligrosidad de las tres curvas que se forman en la zona. El casco urbano ourensano está cerca y en el puente sobre el río Miño (Santa Cruz de Arrabaldo) hay iconos de emergencia a lo largo de un carril, pero a la vista no aparecen obras ni ninguna incidencia viaria. Ya en la ciudad, las obras del acceso centro, que por cierto ya están debidamente señalizados e iluminados, mantienen cerrado un carril de la vía rápida en un tramo de más de 200 metros. ’Además de los socavones, el vial tiene muy mal drenaje y se forman bolsas de agua en el pavimento’, explica el presidente de los taxistas, Francisco Álvarez, recordando el accidente que sufrió un compañero a causa de agua en el vial.

El periplo de socavones continúa en el carril de desaceleración hacia el Alto de Taboadela, donde un trabajador de la empresa de conservación recoge el cadáver de un perro. ’La cerca del vial está rota y los animales entran a la calzada’, apuntan en Tráfico.

Firme nuevo

Entre Allariz y Xinzo es donde se registran más socavones. En medio del trazado hay dos postes para informar de la velocidad del viento pero no tiene telas. Manolo González es camionero de una empresa de Xinzo y todos los días recorre este tramo. ’Es un vial como mucho tráfico. Es normal que se deteriore, pero deberían pavimentar cada poco tiempo’, explica.

La pendiente de las Estivadas no está señalizada como tal y en el centro hay 20 metros de valla doblados por el impacto de un coche. Desde Verín hasta A Mezquita, la maleza llega hasta el arcén, en el que se amontonan piedras de desprendimientos. Eso sí, el Ministerio de Fomento colocó un panel anunciando las obras de la futura autovía entre Verín y la localidad lusa de Chaves.


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