El hallazgo de cuatro anillos "milagrosos" que pudieron pertenecer a los Obispos Santos de una antigua leyenda en Santo Estevo de Ribas de Sil marcó un precedente. Así lo confirma el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Ourense, Luis Manuel Cuña, tras un nuevo descubrimiento: restos de pinturas murales datadas entre los siglos XV y XVI en la iglesia de este monasterio de la Ribeira Sacra. "Santo Estevo sigue sorprendiendo y a causa de los anillos", explicó ayer Cuña. Vania López, directora del Centro de Conservación y Restauración San Martín, es de nuevo la protagonista de esta historia. Con intuición y bisturí, después de siete capas de cal de diferente grosor y color, llegó a una policromía original de autor desconocido. Ahora, el Obispado de Ourense, busca mecenas para la recuperación y conservación de las pinturas.
El rostro de un hombre joven tonsurado, posiblemente un fraile.
Un fraile, sangre y una llave
El rostro de un hombre que posiblemente sea un fraile, un zapato y parte del suelo geométrico de una estancia, un fragmento de un escudo con una llave y gotas de sangre, adornos vegetales y un pájaro son alguno de los motivos representados en los murales tras los trabajos liderados por Vania López. La restauradora explicó que la cata del muro izquierdo fue la de "mayor complejidad, porque la pintura descubierta se encuentra totalmente picada".
El delegado de Patrimonio confirmó ayer el envío de una petición a la Xunta para obtener el permiso de recuperación de los murales. El proyecto de la Diócesis de Ourense implicaría una reintegración cromática con acuarelas y de manera que sea "perfectamente discernible del original". Cuña lanza un SOS: "Ahora tenemos que buscar un mecenas. Una empresa ourensana o institución que quiera unirse a la recuperación de este patrimonio. Es una iglesia que ha estado muy abandonada". Subrayó la importancia del hallazgo, porque "hay muy pocas pinturas murales en nuestra Diócesis y sería una gran riqueza poder recuperarlas".
“Non se pode dilatar máis"
En la misma línea, Xosé Xulio Rodríguez, párroco de Santo Estevo, destacó que "este descubrimiento foi grazas a que se baixou a sillería. Pero hai máis, hai moitos retablos que necesitan unha restauración que non se pode dilatar máis no tempo". La humedad hace peligrar los vestigios de un legado que va más allá de lo puramente religioso. Patrimonio enclavado en la imponente Ribeira Sacra, que aspira a la declaración de paisaje cultural Patrimonio de la Humanidad.
