Antonio Javier Fernández, alias el Tarzanín, un conocido delincuente de la ciudad, fue detenido como presunto autor del atraco el pasado jueves en la sucursal de Caixanova en As Lagoas, en el que se apoderó de 2.500 euros.
La Policía Nacional detuvo ayer a Antonio Javier Fernández Jiménez, de 33 años, alias Tarzanín, como presunto autor del atraco el pasado jueves en la oficina de Caixanova en la calle Otero Pedrayo, en el barrio de As Lagoas.
El arresto se produjo a media mañana en la avenida de Portugal después de que los agentes revisaran la cámara de seguridad que hay en la oficina de crédito y tomaran declaración a varios delincuentes de la ciudad. Desde un principio, por la forma en que se desarrolló el atraco, ya se pensó en que el detenido tenía algo que ver en los hechos, afirmaron fuentes de la investigación. Los agentes lo trasladaban sobre las siete de la tarde a su domicilio, situado a la altura del número 99 de la avenida de Portugal, para que estuviera presente en el registro de la vivienda, en la que se sospecha que escondió el cuchillo utilizado en el asalto y el dinero, un botín de 2.500 euros. El robo se produjo a las 13.45 horas del jueves cuando los trabajadores estaban a punto de cerrar. El ladrón entró en las instalaciones cubriéndose el rostro con la capucha de un chu basquero y, tras esgrimir un cuchillo y amenazar a un trabajador, pidió el dinero.
El historial delictivo de El Tarzanín comenzó a mediados de los años noventa con el robo de coches y asaltos a bares y comercios de la ciudad.
El arresto se produjo a media mañana en la avenida de Portugal después de que los agentes revisaran la cámara de seguridad que hay en la oficina de crédito y tomaran declaración a varios delincuentes de la ciudad. Desde un principio, por la forma en que se desarrolló el atraco, ya se pensó en que el detenido tenía algo que ver en los hechos, afirmaron fuentes de la investigación. Los agentes lo trasladaban sobre las siete de la tarde a su domicilio, situado a la altura del número 99 de la avenida de Portugal, para que estuviera presente en el registro de la vivienda, en la que se sospecha que escondió el cuchillo utilizado en el asalto y el dinero, un botín de 2.500 euros. El robo se produjo a las 13.45 horas del jueves cuando los trabajadores estaban a punto de cerrar. El ladrón entró en las instalaciones cubriéndose el rostro con la capucha de un chu basquero y, tras esgrimir un cuchillo y amenazar a un trabajador, pidió el dinero.
El historial delictivo de El Tarzanín comenzó a mediados de los años noventa con el robo de coches y asaltos a bares y comercios de la ciudad.