Ni la crisis hace olvidar a los ourensanos el amor más grande que existe. Así que se fueron hasta las floristerías, confiterías y todo tipo de puestos de venta de la ciudad en su búsqueda de algún regalo que sirva para mostrar el cariño.
Alberto González, gerente de la plaza de Abastos, ayer tan florida, valora la afluencia de clientes a los puestos en vísperas del Día de la Madre: “Están funcionando muy bien los pedidos y encargos”. No solo en lo que respecta a las floristerías, sino “en todos los puestos, también las carnicerías y pescaderías y dentro de la plataforma de venta online”. Además, por precaución la gente acude de manera más escalonada, lo cual no solo es útil como medida sanitaria sino para reducir el estrés en los puestos durante las fechas señaladas.
Ana Ramiro, de Viveros Alecrín, destaca que “la gente ha adelantado sus compras”. El mayor éxito lo lograron las plantas de exterior, “porque mucha gente se marchó a vivir a los pueblos y así las colocan en el jardín”, explica. Y también las orquídeas, concretamente las de la variedad Phalaenopsis, de colores luminosos y formas caprichosas. Las cuentas, siempre en positivo, tras el escenario vivido el último Día de la Madre cuando su actividad estaba parada, aunque “no está habiendo tantos encargos grandes de rosas, cestas… Este año se va al detalle. Más de 15 euros no se suele gastar”, explica la florista, a causa de una crisis económica que va calando poco a poco.
Desde Milagros Albitos trabajan también a destajo y agradecen unas jornadas “buenas, como otros años”. Para regalar, triunfan ramos variados y las margaritas.
RECORDAR ES VOLVER A VIVIR
Y desde Josbe, local de Santo Domingo dedicado a la fotografía, advierten que cada vez más gente se acerca al establecimiento con el objetivo de materializar su cariño. “Durante la semana, sobre todo en sus últimos días, nos han pedido plasmar en álbumes o marcos muchas fotografías, más que durante años anteriores”, explica Belén Menéndez desde su mostrador.
“Con la pandemia, la foto impresa cobró importancia. Ya se había notado en el Día del Padre cómo la gente recurre más al detalle físico. Recordar es volver a vivir. Muchas personas mayores se quejaban de que les daban las fotos en un ‘pen drive’. La gente quiere imprimir sus recuerdos para regalarlos y tenerlos entre las manos. Las fotografías que están guardadas en el ordenador o en el móvil, al final se pierden, y no es lo mismo que poder caminar por tu casa y pararte ante un marco. Todo el mundo agradece el detalle de una fotografía, porque es algo que dice mucho”, concluyen desde Josbe.
En los puestos de la feria artesanal, ubicada en la rúa do Paseo y animada con el sonido de las gaitas durante la mañana de ayer, lamentan una jornada no tan buena como la de apertura: “Quizás, al ser viernes, mucha gente se ha marchado”, explica Alejandra Testone, desde su puesto basado en la premisa “transformar la naturaleza en joya” y donde se llevan broches para regalar.
LOS BOMBONES, UN CLÁSICO QUE NUNCA MUERE
En la Confitería Mil hojas, Martín Sousa sigue preparando postres y tiene chocolate en las puntas de sus dedos. Estos obsequios gastronómicos vendrán a recogerlos más tarde que en el caso de las flores, incluso el propio Día de la Madre. No obstante, “este ano, ao cadrar o festivo, a demanda dividiuse”, explica. Y, ¿qué triunfa? Los bombones y algunos detalles más, como desayunos o zapatillas de chocolate. “Como nos educaron as nais, coa zapatilla”, bromea junto a un par de bolsos de chocolate con cierres de plata y oro, material del que están hechas las madres. Y también a Confitería Miguel, con sus estanterías llenas de paquetes envueltos de papel de regalo, llegan de forma constante los clientes y las llamadas.
