ENTREVISTA

“Quizás no fuera consciente de la carga de exigencia que tenía la CEG”

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photo_camera Dieter Moure.

El ourensano Antonio Dieter Moure anunciaba este viernes que dejaba su puesto de presidente de la Confederación Empresarial de Galicia (CEG), que ocupó los últimos meses tras unas reñidas elecciones  con otro ourensano, el presidente de la CEO, José Manuel Pérez Canal.

Las razones que esgrime para dejar el puesto son "estrictamente personales", aunque detrás hay un trasfondo de problemas económicos y lucha entre agrupaciones provinciales.

¿Cuál es la razón principal de que deje la presidencia?

Las razones que esgrimí en meses anteriores eran otras, porque estábamos abocados a una media quiebra de la que yo no era responsable y entendía que debía hacerse cargo quien llevó a la CEG a esa situación, pero ahora son motivos estrictamente personales.

¿Qué motivos han sido esos?

La CEG requiere mucho tiempo y dedicación, y yo no tengo ese tiempo. No digo los 365 días del año y las 24 horas del día, pero casi. Yo llevo estos últimos seis meses que salgo a las siete y llego a las dos de la mañana, y eso, de alguna manera, va haciendo mella. Y como ahora no voy a poder dedicar tanto tiempo, me parecía un acto de responsabilidad por mi parte el dejarlo y no estar ahí por estar o por figurar, que es algo que no me gusta nada, prefiero trabajar pero pasar desapercibido y eso siendo presidente de la Confederación Empresarial Galllega era imposible. Si yo veo que el tiempo que necesita que le dedique la Confederación de Empresarios no puedo dárselo, creo que es lo más honesto dejar el cargo. Ya sé que en este país el dimitir es una rara avis, pero también hay que tomar este tipo de decisiones en esta vida.

¿Y ese motivo personal al que alude para dejar el cargo?

Es, sencillamente, que me encuentro muy presionado, independientemente de que tengo que atender algunas cosas mías que no atendía. Yo llevo unos meses que no vivo. A veces programaba cosas y tenía que dar preferencia a cosas de la CEG, y eso me creaba ansiedad y afectaba a mi salud.

¿No era consciente de esta carga de exigencia antes de asumir el cargo?

Exactamente, quizás no fuera consciente de la carga de exigencia, para ser honestos. Eso unido a la situación que tenía la CEG cuando me hice cargo de su presidencia. La situación económica no era muy boyante y nosotros en seis meses rebajamos los gastos generales en 135.000 euros, que es una pasta. Pero además había que negociar con los bancos y con el personal... y todo eso era mucha carga y no me llevaba por buen camino. Yo tengo mi conciencia tranquila, le dediqué todo el tiempo que pude.

¿Cómo queda ahora la CEG?

Ahora la junta de presidentes de las confederaciones provinciales se hará cargo de la dirección y en el tiempo que estimen oportuno o marquen los estatutos se convocarán nuevas elecciones.

¿Cree que se presentará de nuevo José Manuel Pérez Canal?

No tengo ni idea. Evidentemente a mí no me gustaría que quien se presentara fuera un presidente provincial, porque no se puede atender a dos cosas a la vez. Además, los intereses de la CEG, a veces son contrapuestos a los de las confederaciones provinciales. Creo que debe ser una persona ajena a cualquier cargo provincial, aunque pueden presentarse; pero algún presidente, a duras penas atiende su provincia, así que como para dirigir la CEG. Máxime con las exigencias que tiene en este momento, porque el presidente de la CEG tiene un mínimo de tres actos al día, más la labor de saneamiento económico y las conversaciones con bancos, trabajadores, etcétera.

¿Qué ha conseguido hacer y qué le ha quedado pendiente?

Evidentemente me quedaron por hacer muchas cosas, la más importante la reforma de los estatutos, que es del cuaternario. Y dentro de esos estatutos, determinar que el presidente del organismo no puede ocupar el puesto más de dos mandatos, por una cuestión de higiene democrática, y también que no puede ostentar ningún otro cargo dentro del empresariado, sea sectorial o sea provincial; es una opinión mía. La representatividad de las provinciales habría que tocarla porque me parece que está descuadrada por completo, no hay razón para que A Coruña con 97.000 empresas tenga 38 representantes y la de Ourense con 15.000 tenga 30.  A las sectoriales hay que darles capacidad de entrada. Y creo que se debe elegir un equipo, no sólo el presidente, porque si no te dan de leches por todos lados. Y lo único que puedo destacar es la gestión económica, si hay algo destacable.

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