Las cuatro fallecidas ourensanas en el siniestro de hace dos años fueron homenajeadas por sus familias y amigos de manera íntima y lejos de los focos mediáticos y actos públicos.
Aunque parezcan días iguales, nunca lo son. La fecha exacta que marca en el calendario el momento de la ausencia para siempre, provoca un dolor que se vuelve más intenso en ese día. Y eso se sintió ayer en Xunqueira de Ambía, donde la colegiata de Santa María acogió a familiares, amigos y vecinos de Celtia Uxía Cabido y Eva Pérez, para celebrar una misa en su recuerdo. Fue el único acto público, aunque celebrado de la manera más íntima posible, que en Ourense recordó a las víctimas del siniestro ferroviario.
La familia de Ana Álvarez, natural de Melias, en Pereiro de Aguiar, decidió también un año más pasar totalmente desapercibida en el duelo. En todos los casos, los Concellos de las localidades decidieron respetar los deseos de los familiares, tras ponerse en contacto con ellos, y evitar cualquier homenaje público, respetando la discreción y el alejamiento voluntario de actos multitudinarios.
Tampoco hubo ningún recuerdo organizado de manera pública para la joven Carolina Besada, la cuarta víctima ourensana de la terrible noche del 24 de julio de 2013.
En Xunqueira de Ambía, origen de dos de las fallecidas, que además eran primas, ayer se dejó sentir un silencio largo, y la pena de los vecinos estuvo presente a lo largo de la jornada, durante la cual, además, se revivieron os recuerdos de aquella tarde en que las dos partieron de la localidad, bromeando, para no volver nunca más.
